Natalia Oreiro exorciza a Gilda

A 20 años de su trágica muerte, un film rescata la leyenda de la cantante tropical

Siempre que pudo, Natalia Oreiro les puso algo de Gilda a sus heroínas de televisión. La Cholito de Muñeca brava lloró en el santuario de la ruta 12 en 1998, la boxeadora de Sos mi vida entraba al ring todas las noches de 2006 con "Corazón valiente", y Aurora de Solamente vos llegó a la fama cantando cumbias en 2011. El clímax de este historial de devoción personal y artística llega con Gilda, no me arrepiento de este amor, un film dirigido por Lorena Muñoz que recorre la historia de la cantante que tras su muerte se hizo leyenda de la música tropical, musa rockera y santa pagana nacional, un papel que Oreiro siente que nació para protagonizar.

"Desde los 20 años que quiero interpretarla, pero había trabajado poco como actriz y, sobre todo, me faltaba experiencia de vida", dice Oreiro a Rolling Stone. "Ahora tengo 39, soy más grande que ella cuando murió."

La película, que se estrena el 15 de este mes, la semana posterior al 20 aniversario del fallecimiento de la cantante, hace foco en la vida de Miriam Alejandra Bianchi, a quien la actriz describe como "una mujer que era hija de un guitarrista y una concertista de piano, que creció en Devoto, fue maestra jardinera, se casó, tuvo dos hijos y un día, casi con 30, se anima a cumplir su sueño".

 

 

 

Aunque muchos directores intentaron llevar la historia de la cantautora al cine, el proyecto que se concretaría tuvo su inicio en 2011, luego de que Natalia protagonizara la premiada Infancia clandestina, la película autobiográfica de Benjamín Ávila. Ahí Muñoz, socia de Ávila en Habitación 1520 Producciones -que también está detrás de Gilda-, le hizo la propuesta. "Le encantó, pero me dijo que ya la habían convocado cinco productoras y directores por lo mismo y no habían conseguido los derechos de la música", recuerda Muñoz. La decisión, que siempre estuvo en manos de la familia de Gilda, ya era exclusiva de Fabricio Cagnin, el hijo de la cantante, que había alcanzado la mayoría de edad y se negaba a escuchar propuestas. "Tuve varios intentos de encontrarme con él y en uno le dejé en el buzón una carta que le escribimos juntas con Natalia y un disco en el que ella canta 'No me arrepiento de este amor'. Creo que ahí fue que dijo: 'Ok, éste es el momento'." Cagnin tenía 6 años cuando, la noche de lluvia del 7 de septiembre de 1996, mientras viajaba en el micro de gira de su madre y sus músicos, con su hermana Mariel de 8 y su abuela Tita, sintió el impacto de un camión fuera de control a 105 kilómetros por hora, en el kilómetro 129 de la Ruta Nacional 12, a poco más de media hora de Gualeguaychú. "Para Fabricio, Gilda es Miriam, su mamá, y en ese accidente, en el que murieron siete personas, no sólo la perdió a ella, sino también a su hermana y a su abuela. Es algo muy terrible. Por eso respeto mucho que su papá lo haya corrido siempre de toda exposición", reflexiona Oreiro. "Supongo que ahora que él mismo es padre y tiene a una nena, le gustaría que su hija pueda conocer cómo fue la vida de su abuela."

Cuando tuvo los derechos de la música, Muñoz comenzó a investigar y elaborar el guión junto a Tamara Viñes. "Fue un trabajo de casi tres años", dice. Para reconstruir a la Gilda de ese momento, el punto de partida estuvo entre Raúl Cagnin, esposo y padre de sus hijos, y Juan Carlos "Toti" Giménez, su productor, con quien había iniciado una relación, interpretados en la película por Lautaro Delgado y Javier Drolas, respectivamente. "Los dos la conocían mucho, pero tenían puntos de vista muy diferentes, obviamente sesgados", explica Muñoz. La investigación condujo hacia las amigas de Gilda, de su infancia, de cuando se mudó de Devoto a Lugano a los 10 años y del profesorado de Educación Física, que cursó a los 20. "Encontramos que era una mujer que sabía escuchar", dice Avila. "Quizás ella no contaba tanto de sí misma, pero se le acercaban a hablarle y ella les decía algo justo. Algo que después vemos que pasa entre su música y la gente."

El film pasa brevemente por la infancia de Gilda, con Ángela Torres en el papel de la joven Miriam y Daniel Melingo como Omar Bianchi, su padre. Roly Serrano participa como El Cholo Olaya, productor del primer disco de la cantante. Edwin Manrique, Dani De la Cruz y Manuel Vázquez, tres de los músicos de la banda original de Gilda, le ponen música a algunas escenas. El fotógrafo Silvio Fabrykant también hace de sí mismo, recreando la sesión del icónico retrato de la cantante con una corona de flores, tapa del disco Corazón valiente.

 
Además de formar parte de la investigación de la vida de Gilda, Oreiro trabajó con un coach vocal para lograr la entonación de la cantante y con una coreógrafa para replicar sus movimientos. "No soy una gran imitadora", reconoce. "Soy una intérprete y lo que busco es transmitir la energía que ella tenía, intentando hacerlo lo más parecida posible." Por supuesto, el film tiene varias escenas musicales, que Oreiro encaró con su propia voz. "Busqué ese tono melódico que tenía. Canté en vivo y hay muchos momentos de sonido directo." En simultáneo con el estreno saldrá el soundtrack, que incluirá extras como una reversión electrónica de "No me arrepiento...", "Corazón valiente" y un cover de "God Only Knows" de los Beach Boys a dúo con Torres y con guitarra de Ricardo Mollo, su pareja.

Como pasa con todo lo que hace Natalia, el film probablemente llegue a Europa del Este y, con él, la música de Gilda. "En Rusia les encanta y ya se saben las canciones. No sabés lo que son bailando cumbia", dice Oreiro entre risas. El plan es que tenga también un recorrido por festivales, al igual que Infancia. y Wakolda, los dos últimos proyectos en cine de Oreiro, ambos preseleccionados para el Oscar. "Era importante mostrar a una mujer que se animó a hacer lo que quería, cuando se suponía que tenía que ser otra cosa", insiste Oreiro. "Es una historia que funciona, no sólo para los que conocen la música de Gilda."

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