El dolor crónico puede afectar las defensas

Un estudio comprobó el impacto que tiene esta clase de patología sobre el sistema inmune.

El dolor crónico puede reprogramar la manera en que trabajan los genes de nuestro sistema inmune, según un nuevo estudio realizado por investigadores de McGill University, publicado en la revista “Scientific Reports”.

“Encontramos que el dolor crónico cambia el modo en que el ADN es señalizado no sólo en el cerebro sino también en las células T, un tipo de glóbulos blancos esenciales para la defensa contra las enfermedades”, explicó MOshe Szyf, profesor en la Facultad de Medicina de McGill.

“Nuestros hallazgos resaltan el devastador impacto del dolor crónico sobre otras partes importantes del cuerpo, tales como el sistema inmune”, añadió.

El dolor crónico, definido como el dolor que dura seis meses o más, es una de las causas más comunes de discapacidad a nivel mundial.

A pesar de los enormes esfuerzos para hallar nuevas estrategias terapéuticas, aún los tratamientos efectivos del dolor crónico son difíciles de encontrar.

 

CON RATONES

Para llevar adelante el experimento, el equipo de investigadores examinó el ADN del cerebro y los glóbulos blancos de ratones, utilizando un método que mapeó la señalización de ADN mediante un químico llamado grupo metilo.

“Las señalizaciones de metilo son importantes para regular el modo en que funcionan estos genes”, explica la co-autora del estudio Laura Stone.

Esta clase de señalización química forma parte del creciente campo de la epigenética, que involucra modificaciones que “prenden” o “apagan” los genes, reprogramando con eficacia el modo en que éstos trabajan.

“Quedamos sorprendidos con el gran número de genes que fueron ‘señalizados’ por el dolor crónico: entre cientos y miles de genes diferentes resultaron modificados”, comentó Szyf.

“Ahora podemos considerar las implicancias que el dolor crónico puede tener sobre otros sistemas del organismo y que normalmente no asociamos con el dolor”, agregó.

Para concluir, el investigador apuntó que estos hallazgos pueden abrir nuevos caminos para el diagnóstico y tratamiento del dolor crónico en seres humanos, dado que algunos de los genes afectados por el dolor crónico también pueden representar nuevos blancos de las medicaciones para el dolor.

Dejá tu comentario