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El costo fiscal será de entre $ 5000 y $ 8000 millones extras

El fondeo original era de $ 27.000 millones; el excedente se financiaría con el juego y un retoque en las escalas; la opinión de especialistas

El Gobierno logró atravesar su primer obstáculo: cerró un proyecto consensuado con la CGT -columna vertebral del peronismo- para la modificación del impuesto a las ganancias. La segunda valla a saltar, prevista para esta mañana, será dilucidar cómo se reparte el sobrecosto que conlleva la nueva iniciativa. Para eso, el Gobierno recibirá a los gobernadores, socios a la hora de abonar la factura final que beneficiará a miles de trabajadores.

"Se definirá mañana", dijeron en el Ministerio de Hacienda a LA NACION cuando se consultó allí el costo para las finanzas públicas del nuevo proyecto consensuado del impuesto a las ganancias. "Lo está viendo. Por ahora no tengo nada", señalaron cerca de Alberto Abad, titular de la AFIP. "La Casa Rosada manejaba eso", esquivaron el bulto en el Ministerio de Trabajo. "No estamos dando números oficiales. No están", afirmaron en el Ministerio del Interior, que dirige Rogelio Frigerio, encargado de negociar con los mandatarios provinciales. "Está muy encaminado", se confiaron sobre el encuentro que el Gobierno mantendrá hoy con los gobernadores.

Pero las negociaciones ya habían comenzado ayer con las provincias más grandes. "Esta tarde recibí al gobernador Juan Schiaretti (Córdoba) y equipo. Hablamos de los gasoductos de Córdoba y de cómo sigue la negociación de Ganancias", tuiteó tras la conferencia de prensa, Prat-Gay. Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires eran los distritos más perjudicadas por el proyecto que impulsó la oposición.

El único que se animó a dar una pista sobre el costo fiscal del proyecto fue el ministro de Producción, Francisco Cabrera. "No es significativo", se envalentonó el funcionario respecto del acuerdo entre el Gobierno y la CGT, que plantea elevar el mínimo no imponible de ganancias a $ 38.000 para trabajadores casados con hijos y a $ 29.741 para los solteros. "Estimamos que vamos a terminar con entre 5000 y 8000 millones arriba de nuestro presupuesto inicial calculado en 27.000 millones de pesos", completó, en declaraciones a periodistas acreditados en la Casa Rosada.

Consultado sobre cómo se financiará la nueva iniciativa que será elevada hoy al Congreso si obtiene el acuerdo de gobernadores y legisladores de distintos bloques, Cabrera reveló: "Estamos viendo el tema del [impuesto al] juego". El ministro de Producción se mostró en desacuerdo con la posibilidad de imponer, como planteaba la oposición en el proyecto que tiene media sanción, "crear un impuesto a la renta financiera o a la minería". Ayer, en el oficialismo las versiones eran de la posibilidad de sumar algún otro gravamen "no distorsivo", pese a que en la conferencia de prensa que ofrecieron por la tarde Triaca, Frigerio y el secretario de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana, afirmaron que el Gobierno "no puede seguir aumentando la presión tributaria".

Especialistas consultados por LA NACION destacaron que el proyecto saliera por consenso, estimaron que es mejor para los trabajadores y recalcaron que se incluya la actualización automática del impuesto con el mismo mecanismo que se utiliza semestralmente para las jubilaciones. Alertaron sobre la posibilidad de crear más impuestos y destacaron que este proyecto contempla una actualización de las escalas inferior a la prevista en el original por el oficialismo.

Este último punto ayuda a que el sobrecosto fiscal no se dispare. Un ejemplo del impacto de esto en el bolsillo: en la iniciativa primigenia comenzaban a pagar la alícuota más alta (35%) los solteros que ganaran sueldos de $ 57.300 netos y los casados con dos hijos que embolsaran $ 62.500. Con el proyecto nacido del consenso, pagarán la alícuota más elevada los solteros que ganen $ 50.000 de bolsillo y los casados con dos hijos que lleguen a los 58.000 pesos.

"El acuerdo es positivo, dado que los sectores más afectados por el impuesto convalidan los nuevos mínimos, y las escalas y alícuotas, así como las deducciones y los demás aspectos consensuados", indicó el tributarista César Litvin, y agregó: "Hay una suba más significativa en los mínimos no imponibles respecto del proyecto original, pero lo más destacable es que ahora van a tener actualización automática, no requiriendo una decisión del Poder Ejecutivo o Legislativo para que ante cualquier recomposición salarial esas deducciones no queden rezagadas". El especialista destacó además la inclusión de nuevas deducciones, por ejemplo alquileres de vivienda familiar, y nuevas exenciones. "Es importante destacar que el aguinaldo pasará a estar alcanzado por el impuesto, pero prorrateado a lo largo del todo el año, para evitar el impacto de junio y diciembre", completó Litvin.

"Es una mejora importante respecto de lo que hay actualmente", destacó Lucio Giaimo, socio a cargo de Impuestos y Legales de KPMG. "Es bueno lo de la actualización automática, ya que es algo que se venía pidiendo desde hacía tiempo", señaló. "Lo que aún no está claro es si esto lo van a financiar con impuestos nuevos, como decía el anterior proyecto, que atentaban contra el blanqueo. Eso es preocupante", cerró.

"Que se modifique la escala para asegurar progresividad y que los montos se actualicen automáticamente es casi tan importante como el aumento de los mínimos", afirmó el especialista José Luis Eguía. "Esperemos que se contemple a los monotributistas", reclamó.

G.I

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