5 motivos por los que alguien puede enamorarse de ti

La ciencia da respuesta a por qué nos enamoramos de unas personas y no de otras.

Cualquiera que haya estado enamorado se habrá preguntado a qué se debe que nos encante una persona y no otra.

Enamorarnos de una u otra persona depende tanto de lo físico, como de lo psicológico, según la psicóloga emocional, Ciara Molina: “la bioquímica del amor y lo derivado de nuestro sistema de creencias: necesidades, gustos y experiencias personales que se complementen o asemejen con los nuestros”.

La ciencia ha intentado dar respuesta al motivo que hace que nos enamoremos. Molina indica que existen cuatro teorías principales:

- La teoría de la similitud familiar: “afirma que nos fijamos en aquellos que nos recuerdan a nuestros padres, porque estas similitudes nos aportan seguridad y confianza”.

- La teoría de la correspondencia: “el peso se pone en haber compartido experiencias similares y tener valores y gustos semejantes”.

- La teoría de la admiración: “se da cuando encontramos en otra persona virtudes, aspiraciones y aptitudes que siempre hemos querido para nosotros mismos y explica la máxima de que los polos opuestos se atraen”.

- La teoría de la química del amor: “las endorfinas, encefalinas y la feniletilamina entran en acción activando nuestra sensación de euforia y felicidad” Y la oxitocina es “la actriz principal de este cóctel de hormonas y neurotransmisores que trabajan en pro del amor”.

Una inyección de emociones positivas y bienestar “que provoca la unión con la persona amada refuerza la consecución de la estabilidad emocional”.

Este retrato general de los motivos por los que nos enamoramos es un buen punto de partida para repasar los resultados de otras investigaciones sobre el amor que, además de resultar curiosas, pueden echarnos una mano a la hora de encandilar a la persona que nos quita el sueño.

Algunas investigaciones apuntan a que las personas se gustan más cuánto más parecidas son entre ellas.

Tiene que ver con la “teoría de la correspondencia”, explica Molina, “cuando compartimos entendimiento vital encontramos más alicientes y todo resulta más fácil”.

Las parejas más compatibles vibran en tres niveles que tienen que ver con “los estados del yo” freudianos (padre, niño, adulto), apunta el psicólogo canadiense Eric Berne.

“Una persona se siente más atraída por otra que comparta unos valores (lo que te han enseñado, el padre), que tenga una forma de sentir o relacionarse íntimamente similar a la suya (lo que ha sentido, el niño) y que el resultado de ambas cosas den como consecuencia una forma de actuar y una experiencia también similar (lo aprendido, el adulto)”, desglosa Molina.

La psicóloga explica que se trata de la “teoría de la correspondencia” enfocada desde “los estados del yo” freudianos. “Pensamiento, emoción y conducta son eslabones de una misma cadena, indivisibles, donde si se altera uno se modifican los otros dos. Así que encontrar a alguien que construya esa cadena de forma similar a la nuestra favorecerá la sensación de bienestar y felicidad”

La conexión visual prolongada puede acelerar los enamoramientos, concluye una investigación del psicólogo Joan Kellerman llevada a cabo con estudiantes de la Universidad de Massachusetts. Un experimento que se Ha replicado en diversas ocasiones con resultados similares que sugieren que las miradas suscitan emociones cercanas al amor.

“Cuando nos atrevemos a mirar fijamente se activan toda una serie de emociones con la otra persona aunque no la conozcamos de nada”, aclara Molina.

La psicóloga añade que aunque es posible que se produzca una conexión emocional, quizás no sea amor, sino ternura o cariño. “Algo más cercano a la empatía con la persona que tenemos en frente porque en ese momento estamos prestando atención a lo que nos transmite esa mirada y desconectamos de otras áreas más racionales”.

El olor corporal como excitante natural de los enamoramientos es otro clásico en las investigaciones sobre la química del amor.

Según la experta, “la mayoría de estudios en este campo destacan la importancia de las llamadas feromonas, sustancias químicas secretadas por glándulas presentes en labios, axilas, cuello, ingles y que producen un olor característico en cada uno de nosotros que podemos decir que nos determina”.

“Estudios recientes concluyen que tendemos a elegir por el olor de quienes tienen un sistema inmunológico distinto al nuestro”, apunta molina.

Aunque pensemos que es lógico que nos gusten las personas más atractivas que nosotros lo cierto es que un experimento realizado en los años noventa concluyó que, a las personas consideradas “atractivas” les gustaban más aquellos que percibían como igual o menos atractivos que ellos, en ningún caso quienes los superaban en belleza.

 

“Si una persona se considera muy atractiva y eso le aporta seguridad en sí misma, no tiene temor a abrirse a conocer a otras personas igual o menos atractivas que ella. Cuando la autoestima es baja, pasa lo contrario, vemos a las personas que consideramos más atractivas que nosotros como inalcanzables”, concluye Molina.

 

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