Científicos colaboran para sanear escuelas en La Madrid

Con el fin de sanear las escuelas y edificios comunitarios de La Madrid y Monteagudo, la Provincia recibió la colaboración de la Fundación Yaku Sumaq. La ONG sin fines de lucro, dedicada a implementar alternativas innovadoras para el acceso equitativo al agua y la sanidad ambiental.

Luego de las inundaciones registradas en el sur tucumano,  Yaku Sumaq recorrió las zonas afectadas para llevar a cabo tareas de sanidad en escuelas y hospitales. Para la labor, emplearon equipos para rociar un producto desinfectante especialmente desarrollado para ocasiones de este tipo.

Carlos Federico Arrighi, director técnico de la Comisión de Agua Potable y Sanitización de la Fundación Yaku Sumaq, explicó que desde el 2015, trabajan en Tucumán y Santiago del Estero para el desarrollo y ejecución de proyectos relacionados con necesidades territoriales.

El especialista explicó que, tras conocer la situación que vivían los vecinos del sur, se comunicaron con el Ministerio de Educación para que a través del área de Infraestructura Escolar, se pusieran en contacto con directivos de las escuelas de las zonas. La organización llevó 11 técnicos de la ONG, dos camionetas e insumos específicos para las tareas.

Contó que tras una inundación es necesario reforzar los trabajos de saneamiento de redes de agua potable e infraestructuras: “Hay estrategias sanitarias a emplear en primer lugar en los lugares públicos como hospitales, escuelas y centros comunitarios que pueden aumentar la calidad de vida de las personas”.

Arrighi dijo que la iniciativa nace de la trágica situación vivida por los pueblos argentinos afectados por las lluvias. “El año pasado desarrollamos un plan de acción estratégico para estas emergencias sanitarias y lo empleamos antes en Santiago del Estero, en ciudades como Bandera, Fernández y Forres que padecieron diferentes problemáticas: escases de agua y aguas contaminadas con arsénico, entre otras carencias sanitarias.

Las inundaciones ocasionan graves problemas sanitarios, que no sólo se detectan durante la situación más crítica, sino que se prolongan cuando se produce el descenso de las aguas y en el retorno a los hogares, los trabajos y, principalmente, en las escuelas. “Nuestra misión fue sanitizarlas, a fin de reducir la carga microbiológica: bacterias, hongos, virus y esporas, presentes en el ambiente y las superficies”, explicó.

Dijo que las acciones tienen el fin de asegurar el bienestar de niños, maestros y padres al proporcionar espacios libres de olores, sin tóxicos residuales, ni aromas artificiales. “Las tareas realizadas en las escuelas se concentraron en los puntos críticos: tanques de agua, cañerías, aulas, cocinas, baños y perímetros de las escuelas”, declaró.

Emplearon metodologías desarrolladas por la Fundación basadas en el uso de dióxido de cloro (ClO2) gaseoso y líquido. “Nuestro grupo de I+D tiene siete años de experiencia en el desarrollo y la implementación de esta tecnología”, dijo.

El dióxido de cloro es un excelente agente bactericida, microbicida y alguicida, además de amigable con el medio ambiente.  Se  trata  de  un  oxidante  selectivo  que  ataca  tanto  las  bacterias  planctónicas,  como  sésiles,  desinfecta superficies y reduce rápidamente el biofilm. “En los perímetros de la escuela usamos un insecticida orgánico en polvo basado en tierra de diatomeas y aceite de neem”, manifestó.

Para el diagnóstico, llevaron un laboratorio móvil que cuenta con equipos para determinar los parámetros físico-químicos básicos de la calidad de agua, así también como un detector bioluminiscente de ATP para determinar la contaminación de las superficies. Además tomaron muestras para realizar la validación de estos resultados de campo en un laboratorio oficial.

GP.

Dejá tu comentario