Una nueva generación de cirqueros cumplió un año de vida

Malabares, acrobacias y sonrisas. Una compañía de cirqueros llevó color a la explanada del Ente Cultural de Tucumán que, por unos minutos, se convirtió en el plató de la Escuela de Circo de Tucumán, que este 24 de mayo cumplió un año de vida.

Alrededor de cien jóvenes pudieron lucir sus destrezas con las artes circenses, a través de pruebas en las que la adrenalina, el entretenimiento y el oficio estuvo presente todo el tiempo. Intervención artística urbana que alteró la cotidianeidad del lugar para sorprender a transeúntes y vecinos.

Alhena Landsman y Sofía Sota siempre soñaron con desafiar a la gravedad trepadas a monociclos y zancos. En el taller, que es coordinado por los profesores Pablo Quiroga Curia, Alejandro Cárrega, Alexis Ayala y Julieta Ascárate Bullion, las chicas y sus compañeros, aprenden malabares con clavas, pelotas, diábolos y aros; descubren los trucos del equilibrismo en cuerdas; y acrobacias aéreas en tela, trapecios y en el piso, entre otros ejercicios, que se practican cada semana en el Teatro Orestes Caviglia.

Oriunda de Santiago del Estero, Alhena contó que lo que más le gusta de las clases es el valor del trabajo colectivo. “Esto no sólo es una ejercicio físico, sino que permite jugar el esfuerzo del cuerpo con la creatividad. Todo junto a compañeros que siempre tienen buena onda”, declaró y dijo “me apasiona lo místico del circo y me sumé porque desde chica me gustaban los malabares”, expresó esta chica, que desde hace cuatro años estudio Ciencias de la Comunicación y vive en el barrio de la Ciudadela.

Sofía, una chica de 20 años que estudia medicina, dice que gracias al taller desarrolla habilidades que bien podrían servir en el ejercicio de su futura profesión. “Quiero ser pediatra y me veo haciendo malabares en el hospital para sacarle una sonrisa a los niños. Estas técnicas se pueden aplicar con inteligencia a en todas las áreas de la vida”, dijo, al tiempo que remarcó que en menos de un año aprendió a trabajar en equipo y creció como persona, al compartir con chicos de todas las clases sociales.
Arte social

El presidente del Ente Cultural de Tucumán, Mauricio Guzmán, expresó que pasado un año de la creación de la Escuela, se pueden ver los logros que superaron ampliamente las expectativas iniciales.

“Impulsamos este proyecto desde la Dirección de Acción Cultural junto a Salvador Díaz, y al actor, Pablo Quiroga. Generó gran interés. Hoy tenemos 100 alumnos, muchos de ellos del interior de la provincia, que viven en situación de vulnerabilidad. Dimos la contención necesaria a través de profesores especialistas”, explicó Guzman, al tiempo que remarcó el apoyo del Gobierno de la Provincia para equipar a la Escuela que permitirá a los chicos desarrollar la creatividad y tener una rápida salida laboral, a través de la cultura.

Quiroga Curia, fundador del grupo, dijo que es un esfuerzo muy importante que hace el Ente Cultural, a partir de una decisión política concreta. “Nos parece muy importante el apoyo del Estado en la educación circense porque hay que invertir, comprar elementos y contratar docentes. Es importantes para nosotros formar a la futura generación de cirqueros de Tucumán”, declaró.

El taller tuvo 130 inscriptos e inició las clases con 100 alumnos. “Queremos capacitar a gente del interior y de los barrios. Invitamos a los chicos que vengan al Ente para que luego puedan formar a jóvenes de sus comunidades”, finalizó.

El próximo año prevén sumar una nueva promoción de alumnos. Los interesados podrán realizar consultas en la Dirección de Acción Cultural (San Martín 251 – 3er. Piso); o bien llamar al teléfono: 4977669 (interno 230), de lunes a viernes de 8:30 a 17:00 horas.

GP.

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