El bajista de Los Pericos se lanza como solista

Gastón Gonçalves presenta su nuevo proyecto, "Beatrice Inferno", una banda en la que canta y toca el ukelele.

Cuando lo ven a Gastón Gonçalves muchos lo relacionan como bajista de Los Pericos. Pero acaba de presentar un proyecto paralelo que lo entusiasma: otra banda, Beatrice Inferno. Según el propio protagonista, el nombre surgió de una tía que no filtra nada "y aparece cuando menos te imaginas". Y de eso se trata, porque Gonçalves incursiona en esta nueva faceta de manera totalmente creativa, cantando y tocando el ukelele.

La pasión por tocar este instrumento surgió de un viaje a Brasil en el que fue con sus hijos. Casi sin darse cuenta, pasó los 20 días que duraron las vacaciones tocando y componiendo. Así fue como nació este nuevo desafío en el que Gastón demuestra que es inquieto, y le gusta fusionar y crear nuevas tendencias.

Con Beatrice Inferno surgió como novedad generar una propuesta visual diferente, en el que propone un juego interactivo entre la banda y los espectadores. Así fue como de a poco, a través de distintas presentaciones, acaba de sacar el disco Morámonos todos, en el que las melodías son un poco bipolar y degeneradas, ya que pasa del indie folk con base de ukelele al punk más rebelde y rockero.

—Siempre tocaste el bajo y de repente apareció el ukelele en tu vida. ¿Fue en ese momento que cambiaron los planes?

—Sí. Igual, mi banda puede ser muy desquiciada también. Parte del show es totalmente de punk y otra parte es más psicodélica, y después tenemos momentos introspectivos. Utilizo un instrumento que  no lo podría considerar acústico, y yo lo hago todo terreno. Lo utilizo para donde sea. Es mi compañero de batalla.

—Beatrice Inferno es la combinación de diversión y picardía. Vos, ¿qué tenés de divertido y de picante?

—Yo, solo, me río un montón. Cuando era chico mi abuela hablaba sola y yo decía que estaba re loca. Y eso lo hago hoy en día. Me gusta ser muy ácido. En casa tenemos un dicho: que el humor negro es como las piernas, las tenés o no las tenés. A alguno le puede molestar pero si realmente sos picarón con saberte tomar las cosas más livianas. Hay mucho para divertirse.

—¿Y de picante?

—Y de picante, a veces se puede poner brava la cosa. Yo no entiendo la palabra no y principalmente este proyecto lo ideé de una forma para que nadie me pueda decir que no. Puedo tocar solo, puedo tocar con banda, puedo tocar donde quiera: no me pueden decir nada. Puedo tocar sin micrófono, puedo tocar con un montón de equipos, pero si se me pone esa parte de "No" con todas las opciones que te doy, me puedo transformar en alguien muy muy muy malo. Cuando ensayamos me dicen que soy encantador, pero a veces soy súper malo y les digo: "No hay vuelta".

—¿Como surge el titulo de disco "Morámonos todos"?

—Es un dibujo que salió de una muestra de artistas nuevos hace seis años, y es una chica que se llama Constanza. Yo lo vi en ese momento y le dije: "Si alguna vez saco un disco, ¿me dejás que lo use de tapa?". No existía este proyecto en ningún plan todavía. Después de seis años le dio título al disco. En realidad está mal dicho "Morámonos todos" pero es ese sarcasmo que puedo tener.

—¿En qué notás el sarcasmo?

—En la vida misma. En la noticias trato de mantenerme al margen: es un cultivo de mala energía. Hay un proverbio budismo que es muy lindo, muy simple, muy práctico y tan difícil que la gente lo aplique: "Tenés un problema, lo podés solucionar, se acabó el problema. No lo podés solucionar, se acabó el problema". Es así. Porque la acción no hace un cambio en eso, entonces vos te vas a mortificar y todo, y la acción o el hecho va a seguir estando igual. Ya conozco muchas de las cosas. No necesito que me las expandan más. Si me das una noticia que ya es grave, no quiero saber los detalles.

—¿Hay algo que te caracterice?

—Siempre digo que prefiero saber todo, lo que sea yo prefiero saber. No quiero vivir en una mentira. Cuando te dicen: "¿Querés que te diga la verdad? ¿Querés que sea sincero?" ¿Qué? ¿Antes no lo eras? Yo prefiero saber sobre dónde estoy parado y después, en base, a eso arreglamos.

—Y vos, ¿sos sincero?

—Sí. Yo soy un desastre. Justamente me paso de sincero. Eso es bastante el gen de mi madre. Lo que tengo que ser es bastante amable en cómo digo las cosas. Sino también esto que termina siendo un choque, y no terminás trasladando ningún tipo de mensaje. A mí me podes preguntar cualquier cosa que yo te voy a decir lo que otros no te dirían. Nunca me importó ese lado. No me banco la careta. No me la banco. No la puedo sostener. Estoy haciendo un trabajo muy bueno, por ahí estar con alguien que no me llevo bien, tener un trato amable y no ser falso.

—Hacés los shows vestido de mujer. ¿Por qué lo hacés? ¿Te costó? 

—Yo de chico tenia una banda y tocaba en pollera. Siempre me pareció linda la ropa de los dos sexos. Me da bronca cuando voy a un lugar y hay algo que me gusta, que sea solo de mujer. Si me entra, no me importa para qué genero es. Es de quién lo quiera usar. Me gusta la provocación.

—¿Cómo tomaron tus compañeros de Los Pericos que tuvieras este nuevo proyecto?

—Súper. No es la primera vez que tengo un proyecto paralelo a Pericos, ya tuve De la risa en el 95, que era un grupo más punk. Luego hace un año, otra banda que eran los que tocaban en Árbol; y ahora Beatrice. Todos hacen otras cosas. Está bueno que cada cual pueda hacer más cosas, que disfrute, porque tenemos tantos años haciendo lo mismo que, por lo menos, a mí me gusta hacer más cosas.

—¿Qué te generan los nuevos proyectos?

—Estoy súper emocionado porque es la primera vez que estoy teniendo un rol de cantante frontman. Me pone en un lugar que nunca me había pasado, esto de estar obligado a tener el personaje y a sostenerlo. Es un juego que te obliga a crear un personaje.

Dejá tu comentario