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Hoy se reza un nuevo "Minuto por la Paz"

La intención es que a las 13, cada persona detenga sus actividades cotidianas, y dedique un minuto a reflexionar, a rezar y a comprometerse por la paz en el mundo, cada uno según su propia tradición.

Al cumplirse el tercer aniversario del encuentro histórico entre el papa Francisco y los presidentes de Palestina e Israel, organizaciones nacionales e internacionales invitan a dedicar Un Minuto por la Paz en todo el mundo, hoy jueves 8 de junio, a las 13. 

“Un Minuto por la Paz es una propuesta simple, masiva, testimonial para ofrecer la oración y asumirnos como promotores de paz, en un nuevo aniversario del encuentro histórico entre el Papa y los presidentes Shimon Peres, de Israel, y Abu Mazende, de Palestina, el 8 de junio de 2014, en el Vaticano, donde rezaron para invocar el don de la paz y derribar los muros de la enemistad”, destacó en la convocatoria la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). 

En el ámbito local, la oración común por la paz es promovida por la Comisión Nacional de Justicia y Paz, la Acción Católica Argentina, junto con el Departamento de Laicos (Deplai), la Comisión Episcopal de Ecumenismo, relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones (Ceerjir), en comunión con la Conferencia Episcopal Argentina. 

La intención es que ese día, a las 13, cada persona detenga sus actividades cotidianas, y dedique un minuto a reflexionar, a rezar y a comprometerse por la paz en el mundo, cada uno según su propia tradición. En el lugar donde esté, solo o acompañado, en la calle o en el templo, en su casa, en familia, en la escuela, en el trabajo, en la fábrica, en el campo, en el barrio, en la universidad. 

El Presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la CEA, Emilio Inzaurraga, destacó que la iniciativa tiene por objetivo “llamar la atención de que cada uno de nosotros puede ser instrumento de paz”, y que este minuto “puede ser el inicio de optar por el diálogo y la fraternidad, de apostar por la justicia y la solidaridad, de convertir nuestro corazón”. 

“El Papa con sus gestos valientes, con su palabra y testimonio nos muestra el camino y la humanidad lo valora como un líder de paz. Su insistencia en el diálogo y en la cultura del encuentro, sus gestos de visitar los lugares en conflicto, como recientemente en Egipto, su trabajo incansable con dirigentes de países distanciados o en guerra, su condena a la violencia y al terrorismo, su trabajo ecuménico e interreligioso, son hechos concretos para dar pasos hacia un mundo en paz”, sostuvo Inzaurraga y mencionó la “tercera guerra mundial en cuotas”, de la que advierte el Papa, “que tiene consecuencias terribles contra la dignidad humana”. Ante esta situación alarmante, “hace falta oración y asumirnos todos como constructores de paz”, insistió el presidente de Justicia y Paz. 

Haciendo hincapié en el mensaje de Francisco en ocasión de su visita a Egipto, Inzaurraga insistió en la necesidad de diálogo y en que “ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios”. En esa oportunidad, el Papa exhortó a los líderes religiosos a “desenmascarar la violencia que se disfraza de supuesta sacralidad, apoyándose en la absolutización de los egoísmos antes que en una verdadera apertura al Absoluto. Estamos obligados a denunciar las violaciones que atentan contra la dignidad humana y contra los derechos humanos, a poner al descubierto los intentos de justificar todas las formas de odio en nombre de las religiones y a condenarlos como una falsificación idolátrica de Dios: su nombre es santo, él es el Dios de la paz, Dios salam. Por tanto, sólo la paz es santa y ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios porque profanaría su nombre.”

En otro pasaje de su discurso, el Santo Padre aseguró que “para prevenir los conflictos y construir la paz es esencial trabajar para eliminar las situaciones de pobreza y de explotación, donde los extremismos arraigan fácilmente, así como evitar que el flujo de dinero y armas llegue a los que fomentan la violencia. Para ir más a la raíz, es necesario detener la proliferación de armas que, si se siguen produciendo y comercializando, tarde o temprano llegarán a utilizarse. Sólo sacando a la luz las turbias maniobras que alimentan el cáncer de la guerra se pueden prevenir sus causas reales” y llamó a asumir este compromiso a los responsables de las naciones, de las instituciones y de la información, así como también los responsables de cultura, llamados por Dios, por la historia y por el futuro a poner en marcha procesos de paz. 

Un minuto por la Paz es una nueva oportunidad para dejar de lado la indiferencia, para reasumir un rol protagónico. La paz nos concierne a todos. Es algo muy precioso para que nos desentendamos de ella. Este minuto de oración nos compromete, nos predispone a consolidar la paz, a negarnos a la violencia y a solidarizarnos con las víctimas que necesitan imperiosamente de una paz real y duradera, empezando por aquellas que seguramente tenemos a nuestro lado.+ 

G.I

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