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La Justicia investigará si Lagomarsino conspiró para asesinar al fiscal Nisman

Con el informe de Gendarmería, que prueba que el fiscal fue asesinado, el experto informático queda en el ojo de los investigadores

Cuando ingrese a Comodoro Py la pericia de la Gendarmería que prueba el asesinato de Alberto Nisman, al pretendido experto informático Diego Lagomarsino le caerá una minuciosa investigación nacional e internacional para determinar su rol en la conspiración que ejecutó al fiscal federal de la causa AMIA.

En la hipótesis del suicidio, Lagomarsino podía esquivar una eventual condena porque sólo aparece facilitando la Bersa 22 que causó la muerte de Nisman. Pero ahora la Gendarmería comprobó que fue asesinato, y el controvertido técnico en computación ya confesó que puso la Bersa 22 en el escenario del magnicidio.

El fiscal Eduardo Taiano está a cargo de la causa Nisman. Tiene bajo perfil, sufrió el secuestro de su hijo cuando investigaba el enriquecimiento ilícito de Néstor Kirchner y hace pocos días solicitó la declaración indagatoria de la procuradora Alejandro Gils Carbó. En términos simples: su jefa.

Lagomarsino sabía que las hijas de Nisman estaban en Europa. Y sin embargo no puso objeciones al pedido del fiscal asesinado. El técnico llevó su pistola y presuntamente se la entregó en mano. Tiempo después, cuando asumió que su relato no cerraba, dijo en los medios que Nisman le había mentido. Una manera simple de cuidarse y de castigar la memoria del fiscal ejecutado.

No hay evidencia que pruebe que Lagomarsino abandonó a Nisman con vida. El técnico sostiene esta posibilidad, pero no aportó una sola prueba que avale su coartada. En cambio, los abogados de la familia Nisman consideran que fue asesinado el 17 de enero de 2015, justo cuando Lagomarsino presuntamente entregaba su Bersa 22 al fiscal de la AMIA.

Lagomarsino es la única pieza que, por ahora, cuenta Taiano para desentrañar la conspiración que preparó la muerte de Nisman. En este sentido, la pericia de la Gendarmería entierra la hipótesis del suicidio, abre la investigación federal del asesinato del fiscal y promueve la apertura de un canal secreto para acceder a información clave que manejan ciertos servicios de inteligencia de Occidente y Medio Oriente.

Esta información, pedida con criterio y usada con eficacia, podría encerrar a Lagomarsino en su peor pesadilla personal. Es sólo una cuestión de tiempo, ceñida a los resultados electorales de octubre y al peso específico de Cristina en la política nacional.

Fuente Infobae

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