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El Papa Francisco dedicó su misa en Temuco a las víctimas de la dictadura de Pinochet

Pidió un minuto de silencio y ofreció la celebración a "todos los que sufrieron y murieron".

El papa Francisco dedicó la misa que ofició este miércoles en Temuco (sur) a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

"Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias", dijo el pontífice en su homilía de la "Misa por la integración de los pueblos", celebrada en el Aeródromo de Maquehue, que sirvió de centro de detención y tortura durante la dictadura militar.

El papa pidió un momento de silencio por tanto "dolor y tanta injusticia", en medio de la emoción que se palpaba en el ambiente.

Pero la región de La Araucanía, donde se enclava Temuco, es también escenario de la lucha que libran los mapuches, la etnia más importante de Chile, que denuncia discriminación y abusos y reclama la restitución de territorios ancestrales hoy mayoritariamente en manos privadas.

Francisco, que como argentino es un gran conocedor del problema mapuche, escogió visitar Temuco (800 km al sur de Santiago) para tomar contacto directo con esta población.

Pero algunos grupos han optado por la violencia. Horas antes de la llegada del papa a esta región se produjeron una serie de ataques contra la policía, tres iglesias católicas y una evangélica. Además fueron dañados tres helicópteros que se utilizan por las empresas forestales para apagar incendios, según autoridades.

Estos ataques se suman a los sufridos la víspera contra dos pequeñas iglesias que quedaron totalmente destruidas.

Los autores de estos atentados dejaron panfletos en las iglesias alusivos a la demanda mapuche que exige la restitución de tierras.

El papa recordó que "no se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división" y "más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación, terminan amenazándolos", porque la "violencia llama a la violencia", dijo el pontífice.

Después de la liturgia, el papa tenía previsto reunirse con un grupo de indígenas, cuyas identidades aún no fueron reveladas por la organización del encuentro, para posteriormente regresar a Santiago.

La 'machi' o mayor figura médica y religiosa del pueblo mapuche, Francisca Linconao, en prisión domiciliaria nocturna a la espera de un nuevo juicio imputada por el asesinato de un matrimonio de ancianos en 2013, esperaba ser una de las personas que recibiría el papa.

En una carta dirigida al pontífice en que le pide que interceda ante el gobierno chileno para revisar su situación procesal, aseguró que "en Chile sólo a los Mapuche se nos aplica la Ley Antiterrorista, no se nos respeta la presunción de inocencia".

El presidente electo, el conservador Sebastián Piñera que asumirá la presidencia en marzo también reaccionó en Twitter. "Mi rechazo absoluto a los cobardes y violentos ataques ocurridos en el sur, en víspera de la visita del Papa", escribió.

Pese al ambiente de tensión, el papa se desplazó en papamóvil saludando a las miles de personas que flanqueaban la carretera hasta el aeródromo de Maquehue.

"¡Francisco, amigo, el sur está contigo!", coreaban desde los altavoces.

El martes, el papa confesó en Santiago su "dolor" y "vergüenza" por los abusos de curas pederastas y se reunió con víctimas. Posteriormente en una reunión con sacerdotes les pidió tener "la valentía de pedir perdón". Pero muchos consideran insuficiente su pedido de perdón y criticaron que un obispo, acusado de proteger a un pedófilo, asistiera a la misa de ayer en el parque O'Higgins. Se trata del obispo de Osorno, Juan Barros, quien hoy también asistió a la misa en Temuco.

Fuentes: Clarín y AFP

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