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El asesinato de Matías podría quedar impune

Hubo una marcha para que no ocurra. La Justicia provincial “debe ponerse los pantalones” y “dar respuestas concretas” en los casos de homicidios donde estén involucrados menores de edad.

Juan José Albornoz Medina, padre del estudiante de la escuela experimental Gymnasium asesinado tras ser atacado con un arma blanca, manifestó ayer que la Justicia provincial “debe ponerse los pantalones” y “dar respuestas concretas” en los casos de homicidios donde estén involucrados menores de edad.

Ayer se cumplió un año de la muerte de Matías “Paver” Albornoz Piccinetti, y sus familiares y amigos del colegio, que pertenece a la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), realizaron una marcha de silencio para reclamar “justicia”.

“El año ha pasado rápido, pero el dolor no se va. Lo único que pido es justicia. (La causa) no debe quedar impune”, afirmó durante la concentración. “Estamos atravesando tiempos muy difíciles. El caso de Matías no es el único en Tucumán. La Justicia debería ponerse un poco los pantalones y decir: ‘hagamos algo por la sociedad, cuidemos a la gente y veamos la manera de darle respuestas concretas. Que se hagan cumplir, en el caso de los menores, las medidas tutelares”, expresó.

En la movilización, los participantes elevaron carteles con mensajes de vida y recordación: “Paver es amor”, “Sin violencia también se puede”, “Siempre en el alma de la G”. También soltaron globos azules y rojos, los colores de esa institución educativa.

La marcha había iniciado en tribunales penales de avenida Sarmiento al 400, prosiguió por calle 25 de Mayo y finalizó con un acto homenaje en la escalinata de la Casa de Gobierno, frente a la plaza Independencia. En el medio del recorrido, en la esquina que se une a Santiago del Estero, los amigos de Matías cantaron y arengaron su nombre.

Ya en la concentración principal, los ex compañeros leyeron cartas para rememorar las experiencias compartidas con su amigo y su “legado” en la comunidad educativa. También cantaron un tema dedicado al ex alumno del Gymnasium. “La letra recuerda los momentos que pasamos juntos y remarca su esencia: transformar lo malo en bueno”, explicó uno de sus amigos entre lágrimas.

“Son como mis hijos (por los ex compañeros). Empiezan en cuarto grado y terminan en sexto año. Una vida juntos; son hermanos de la vida, hermanos para siempre”, enfatizó Juan José Albornoz, quien recordó que hoy su hijo estaría cumpliendo 18 años.

Fuente: La Gaceta

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