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Un ingeniero graduado en Tucumán fue parte del despegue del Saocom 1A

El santiagueño Nicolás Renolfi, recibido de la UNT, lideró el proyecto que ayudó a la partida del satélite argentino. Destaca el esfuerzo y el trabajo en equipo durante el proceso.

La emoción le hace un nudo en la garganta y, por un instante, se queda sin habla. Nicolás Renolfi está en California y atiende una llamada desde Tucumán. Los recuerdos de aquellos años de cursado en la UNT le atraviesan la memoria y se mezclan con sentimientos y con imágenes de amigos, y familiares que quedaron en esta provincia, mientras él siguió su camino profesional.

Renolfi es ingeniero electrónico, graduado en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT (Facet). Nació en Santiago del Estero, estudió en Tucumán y vive en Bariloche, donde es jefe del proyecto Saocom y trabaja en Invap, la empresa estatal de Investigaciones Aplicadas.

Nicolás renolfi (izquierda) junto al equipo del Invap.

 

Esta semana está en California, Estados Unidos, donde vio despegar el Saocom 1A, un satélite que creó en Bariloche. Fue lanzado al espacio por el cohete Falcon 9, de la empresa SpaceX.

Mañana, este joven profesional cumplirá 42 años y aunque es el jefe del proyecto, prefiere hablar de un gran equipo. “Aquí no es como el fútbol, donde hay una estrella, sino que en esto trabajamos más de 150 personas, todos juntos. Cada vez que surgía un problema había un profesionalismo enorme, un esfuerzo de varios años trabajando en fines de semana, en doble turno y la verdad que, ahora, viene todo bien, lo cual para estas cosas es poco usual que todo salga bien, y es el fruto de tantos ensayos, de haberle puesto el hombro para que todo salga perfecto”, remarcó en un diálogo telefónico con LA GACETA desde California.

 

“MADE IN BARILOCHE”. El satélite tiene una estructura que desplegada en el espacio abarca una superficie mayor a 35 metros cuadrados. barilocheopina.com / Foto de Laura Toso.-

 

Tras pasar con éxito miles de pruebas y de testeos, el Saocom 1A ya está en el espacio. Admite que estos días, en Estados Unidos, ha rezado mucho para que todo saliera bien. Más de 10.000 personas llegaron a la hora señalada para el despegue (19.20 del domingo en Estados Unidos).

“Ha venido tanta gente, porque fue el primero de la costa oeste. Para ellos ha sido un espectáculo verlo -detalló Renolfi-; cuando levantó vuelo, empezó a hacer una aureola, como una estela de fuego artificial, porque le seguía dando el sol; apenas el cohete se desconectó de los cables salimos corriendo al patio para verlo con nuestro propios ojos -dijo-; ha sido impresionante ver ese fuego. Como partió casi de noche se vio toda la trayectoria durante siete minutos y lo seguías viendo. Cuando es de día sólo se ven hasta dos kilómetros”, aclaró.

Entre las múltiples funciones que tendrá el Saocom se destacan la medición de la humedad del suelo y aplicaciones en emergencias, tales como detección de derrames de hidrocarburos en el mar y seguimiento de la cobertura de agua durante inundaciones. Se trata de un proyecto desarrollado en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI), que integra de manera operacional el Sistema Italo-Argentino de Satélites para Gestión de Emergencias. Se estima un tiempo de vida útil es de al menos cinco años.

Nervios y emociones

Al minuto 12 de vuelo tenía que producirse la separación del satélite del cohete; eso define cuándo el satélite vuela, y tres minutos más tarde teníamos que pasar a la etapa del panel solar. “Estábamos nerviosos y emocionados a la vez y, después se abrieron los tres paneles y empezamos a respirar, porque el satélite estuvo en la dirección correcta; ahora está perfectamente orientado y cargando las baterías”, recordó.

El domingo, el día del despegue se levantó a las seis de la mañana. Fue un día largo, pero histórico e inolvidable. Ayer, en medio de tanta emoción por el despegue del día anterior, se tomó un tiempo para llamar a su esposa, Claudia Pandos, una tucumana que conoció cuando estudiaba en la UNT.

También pudo contactar con cuatro hijos: Paula, Juliana, Ezequiel y Manuel, de cuatro meses. Así, en familia, fue el mejor anticipo de regalo para Renolfi, quien celebra por partido doble: su cumpleaños y el gran hito que logró para el país.

 

Fuente: La Gaceta

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