INTERNACIONALES |

Siguen las purgas en Turquía y Erdogan quiere reponer la pena de muerte

Los partridarios del presidente turco Recep Tayyip Erdogan siguen en las calles "velando la democracia" tal como pidió el primer mandatario.

Aparte de las masivas destituciones y encarcelamientos, el intento de derrocar al Gobierno democráticamente elegido ha abierto el debate interno y con la Unión Europea (UE) sobre la restauración de la pena de muerte, abolida definitivamente en 2004.

Erdogan ya se refirió a ello el domingo, ante una multitud que pedía a gritos la ejecución de los "traidores". Hoy, de nuevo, dijo que si el Parlamento se pronuncia en ese sentido, él aceptará la reintroducción de la pena capital.

La UE, sin embargo, advirtió este lunes que ningún país en que se ejecute la pena de muerte puede entrar en la Unión, vieja aspiración turca que arrastra largas negociaciones al respecto desde hace años.

Diversos líderes, como la canciller alemana, Angela Merkel, o el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, han pedido hoy a Erdogan proporcionalidad y respeto al Estado de derecho a la hora de reaccionar ante la intentona golpista.

"Quiero dejar claro que aún consideramos Turquía como un socio", indicó la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en una rueda de prensa al término de una reunión de los jefes de la diplomacia europea, que tras debatir la situación en el país aprobó una declaración en la que recuerda a Ankara su compromiso con la pena de muerte.

El comisario para la Política Europea de Vecindad y Negociaciones para la Ampliación, Johannes Hahn, fue más allá y subrayó, ante la fulminante destitución de cerca de 3.000 jueces, que "las listas, que ya estaban disponibles justo después de este acontecimiento, indican que algo estaba preparado, que en cierto momento tendrían que ser utilizadas".

Por su parte, Estados Unidos urgió al Gobierno de Turquía a actuar con "contención" y respetar el debido proceso a medida que investiga y responde al fallido intento de golpe de Estado del pasado viernes, pero evitó opinar sobre las medidas tomadas hasta ahora por Erdogan.

El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene previsto llamar "pronto" a Erdogan para conversar sobre el intento de levantamiento militar.

Pero Estados Unidos considera "crucial" que el Gobierno turco "ejerza la contención, que respete y observe el debido proceso y que proteja las libertades consagradas en la Constitución turca", dijo hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

El intento de golpe ha tensado las relaciones entre Washington y Ankara, dado que el Gobierno turco responsabiliza del levantamiento militar a Gülen, un predicador islamista exiliado desde años en Estados Unidos y que cuenta con muchos seguidores en la Policía, la judicatura turca y parte de la Administración.

La Casa Blanca y el Departamento de Estado reiteraron este lunes que por el momento no han recibido ninguna petición de extradición de Gülen y que si lo hacen la considerarán según lo contemplado en el tratado bilateral sobre la materia.

Por otro lado, y según el último balance dado a conocer hoy por el primer ministro turco, Binali Yildirim, en un discurso televisado, en total murieron 208 personas que se resistieron al golpe, entre ellos tres soldados, 60 policías y 145 civiles, mientras que 1.491 personas resultaron heridas. A esta cifra hay que agregarle a cerca de un centenar de involucrados en el intento de golpe, lo que eleva el total de muertos a 290.

Además, fallecieron 24 soldados golpistas y 50 resultaron heridos, precisó el primer ministro, quien volvió a responsabilizar del golpe al predicador Gülen.

En medio de ese creciente clima de tensión, cuatro personas, todas ellas civiles, murieron hoy en tres diferentes incidentes en Ankara, supuestamente en relación con la oleada de registros y detenciones que vive la capital turca.

Paralelamente, el Ministerio del Interior de Turquía anunció hoy que suspendió a 8.513 oficiales de la Policía y la Gendarmería, un cuerpo policial militarizado, entre los que se encuentran 11 generales y 61 coroneles.

La lista de los agentes suspendidos fue enviada a las provincias y los policías afectados fueron llamados a las direcciones de seguridad provinciales, donde tuvieron que entregar sus armas y sus identificaciones.


Además fueron suspendidos un gobernador provincial, 29 ex gobernadores, que ocupan cargos simbólicos en la administración regional, y 47 responsables de distritos.

También han sido relevados de sus cargos cientos de funcionarios, desde registradores de la propiedad a asesores judiciales e incluso conserjes.

Entre los detenidos hay 103 generales y almirantes de las Fuerzas Armadas turcas, casi un tercio del total de 356 que componen la cúpula de las Fuerzas Armadas, según informa la agencia semipública Anadolu.

Entre ellos se hallan los comandantes del 2º y 3º Ejército de las fuerzas terrestres y el ex comandante de las Fuerzas Aéreas, Akin Ozturk, acusado de ser el cerebro del golpe.

Ozturk, sin embargo, desmintió su participación en la asonada y aseguró que trató de detenerla, según el canal privado NTV.

"No soy la persona que dirigió el golpe del 15 de julio de 2016. No sé quién planeó o dirigió este golpe", aseguró el militar en su declaración ante la Fiscalía que está investigando las denuncias del Ejecutivo en Ankara, según ese canal.

El militar, de 64 años, aseguró que trató de evitar el intento de golpe y que el jefe del Estado Mayor "es testigo de ello", indicó la agencia de noticias EFE.

Un total de 6.023 militares ya fueron detenidos, según las últimas cifras avanzadas por el primer ministro, Binali Yildirim.

En referencia a la censura de sitios webs, la plataforma Engelliweb y Yaman Akdeniz, un activista que analiza este tipo de bloqueos, denunció que un total de 20 portales de noticias y páginas web fueron prohibidos por el gobierno de Turquía. (Télam)

 

MS

Dejá tu comentario