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Las inundaciones ya causaron pérdidas récord en Santa Fe

Más de mil millones de dólares. Es una estimación oficial tras las lluvias de enero. El gobernador lo atribuyó a la falta de recursos para la obra pública y al drenaje de los campos de Córdoba.

Marcelo Banchi (50) es un productor mediano de Alcorta, localidad ubicada a 80 kilómetros de Rosario. Maneja una “chacra mixta”: son 80 hectáreas con ganado y soja. “Los animales se salvaron, el agua por suerte no se los llevó. Pero todo lo sembrado se perdió”, le explicó a Clarín tras el brutal temporal que golpeó duro al sur de Santa Fe y agravó el cuadro en la provincia, con cientos de miles de hectáreas anegadas y más de 70 ciudades bajo el agua.

El campo de Marcelo está ubicado en una zona de pequeños emprendimientos rurales. “En enero ya cayeron más de 500 milímetros sobre su terreno, por encima de la media de todo el verano. “Desde el 24 de diciembre a la noche empezó a llover de manera descomunal. Más de 100 milímetros por día, nunca vi algo así”, describe. Y aclara: “No hay canales y caminos que resistan a tanta agua. Faltan obras, pero esta cantidad de agua es imposible de escurrir”.

Mil cien millones de dólares. Esa es la cifra que, según estimaciones oficiales del Gobierno de la provincia de Santa Fe, ya se perdió en lo que va este enero por el drama del agua. Si se le agrega lo que dejó el fenómeno climático de abril de 2015, las pérdidas superan los 3.500 millones de dólares. Otras cifras alarmantes: más de un millón y medio de hectáreas están afectadas directamente por el agua (un 25% de la superficie productiva). Pero eso no es todo. La cuenca lechera padece como pocos el impacto: son alrededor de 1.400 los tambos afectados que expresan, tal vez, el costado más crudo de las pérdidas: implican que se dejen de producir 1.800.000 litros de leche por día. “En enero, si es que no tenemos más problemas con las lluvias, habrá 54 millones de litros menos de leche”, le dijo a Clarín el ministro de la Producción, Luis Contingiani.

Ayer, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, llegó a la provincia para reunirse con el gobernador Miguel Lifschitz. En el Santa Fe miran de reojo y piden reunirse con sus pares cordobeses porque entienden que por el natural escurrimiento de las aguas desde Córdoba también afecta los canales y los cauces de los arroyos, que llegan con un caudal extra. “La situación es muy complicada: llevamos tres semanas de lluvias. Coincidimos en hacer un análisis integral de las cuencas, no sólo en Santa Fe sino también de Córdoba, que nos tira el agua hacia acá y tenemos poca capacidad de evacuarla”, sostuvo el mandatario santafesino.

También tienen otra cuestión a evaluar que no es menor: el cambio climático. Si este fenómeno llegó para quedarse, ¿podrá reformularse el paradigma agrícola en Santa Fe con una política pública? Lo concreto es que en menos de 9 meses el sector agropecuario sigue en emergencia en 18 de los 19 departamentos. Algo de eso dijo Buryaile: “Tenemos qué preguntarnos por qué cada vez que llueve se inundan muchas localidades. Hay que ver si es por exceso de lluvias, faltas de obras o agua que viene de otras provincias. O tal vez, es por todas estas cuestiones combinadas”.

En ese sentido, Lifschitz advirtió que muchas provincias están “corriendo de atrás” en el régimen de coparticipación federal:“Los problemas tienen que ver con la falta de una distribución equitativa, no sólo de la coparticipación sino también de los recursos de la obra pública”.

Las inundaciones ya causaron pérdidas récord en Santa Fe: más de mil millones de dólares

La Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFe ) no tienen dudas: “Si se hubiesen hecho las obras necesarias se podría haber mitigado la situación. Hay que dejar de pensar en el corto plazo, en resolver las cosas para dos años y luego que se arregle el próximo gobernante”, comentó Gustavo Vionnet titular de CARSFé. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario aseguran que se deberán recortar las estimaciones productivas de soja y maíz por el impacto de las inundaciones . Y también crece el temor por el alza de precios en los productos de la canasta básica. “Aún no podemos evaluar si el impacto de las inundaciones se reflejará en frutas, verduras y lácteos, aunque imaginamos que es algo inevitable”, avisó Sandra González, titular de ADECUA.

El drama en los campos se expandió ayer en los cascos urbanos del sur provincial. Si bien las lluvias cesaron, el agua no baja. En Arroyo Seco, las autoridades relevaron que el 70% de las casas estaban inundadas. Las primeras ayudas recién llegaron ayer a la mañana cuando el Ejército se hizo presente en el lugar. “Teníamos listos los camiones con frazadas, colchones y alimentos. Pero no pudimos llegar. Tuvimos que traer lanchas”, detalló Marcos Escajadillo, titular de Defensa Civil. A pocos kilómetros, en Pueblo Esther, el jefe comunal Martín Gherardi confirmó que los 350 milímetros caídos anegaron cinco barrios. Postales similares se registraron en Chabás, Firmat, Chovet, Santa Teresa, J.B. Molina y Labordeboy. Fueron más de 2.000 los evacuados en toda la provincia. Y anoche todavía quedaban entre 500 y 600.

En Villa Constitución lidiaron también con la falta de luz por la inundación de una estación transformadora. En Villa Gobernador Gálvez, vecinos se armaron con picos y mazas para derribar un muro de un frigorífico que obstruía el drenaje de agua hacia el Paraná. Hubo tensión. “El agua se metía en las casas”, explicaron .

Circular por el sur provincial fue casi imposible. Muchas rutas sufrieron cortes parciales o totales. La autopista Buenos Aires-Rosario quedó cerrada desde el domingo por la noche producto de la gran cantidad de agua que anegó la calzada. La Agencia Provincial de Seguridad Vial habilitó un mano al mediodía y el otro carril a la tarde. La circulación fue igual muy lenta con colas que superaron los 20 kilómetros. La única buena noticia: las lluvias no asoman en los pronósticos para los próximos días.

Fuente Clarín

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