Lavallén: "Atlético Tucumán puede hacerle frente hasta a un grande de Europa"

A horas de recibir al Palmeiras, a Pablo Lavallén cuando se le consulta si existen nervios previos se lo nota bastante calmo.


Atlético Tucumán escribe su primera historia a nivel internacional, en la Copa Libertadores, y el padre de esta criatura tiene nombre y apellido: Pablo Lavallén. El entrenador, que muchas veces hace malabares para hacer milagros en un club sin demasiados recursos económicos a comparación de los grandes, infla el pecho y se emociona cuando ve que en el Grupo 5 del certamen tiene su lugar el Decano. Pero obtener ese boleto no fue tarea sencilla, sino que se trató de una película que de momentos bordeó una broma de mal gusto. Atendiendo a MARCA, previo al histórico debut en esa instancia ante Palmeiras de Brasil, el míster con pasado en el banquillo de las inferiores de River confesó ponerse cada tanto a pensar en el camino recorrido.

A horas de recibir al Palmeiras, una institución que sí tiene historia copera, a Pablo Lavallén cuando se le consulta si existen nervios previos se lo nota bastante calmo. 

"Atlético Tucumán es un equipo modesto que sin grandes individualidades con el grupo es capaz de hacerle frente hasta a un gigante de Europa", elogia el míster de cuarenta y cuatro años que conoce bien el mundo de la pelota tanto dentro como fuera de la cancha. Campeón de la Libertadores 1996 con River el hombre que por tierra tucumana es todo un rockstar, a cada paso dado hay un pedido de selfie, video o autógrafo, asegura que "la pasión que se vive en Tucumán es similar a la que sienten los rosarinos por Newell's y Rosario Central. Los hinchas muestran un eterno agradecimiento por haber logrado tras instancias previas el boleto a zona de grupos".

La realidad es que al momento de motivar a sus muchachos, en medio de un fútbol argentino que dirigencialmente no es abonado a las buenas noticias, el técnico prefiere "entablar un diálogo constante con la plantilla en donde cualquier problema que tengan es solucionado por el granito de arena de todos. Demostrando unidad los resultados siempre llegan".Pero, de seguir por el buen camino como lo viene haciendo hasta ahora, ¿qué hará del Decano si las puertas coperas se le siguen abriendo? ¿Qué papel tendrá la liga en ese caso? Sin transpirar ni brindar declaraciones tribuneras, de esas que adoran algunos polémicos amantes del fútbol, Lavallén sabe que "en un club como Atlético los promedios siempre son importantes y la idea lograr una buena sumatoria porque a medida que pasen los años el cupo de equipos en Primera División va a ir disminuyendo". 

Asimismo el DT avisa que, "tal como se lo piden en la calle", en la cancha siempre pondrá "lo mejor que hay disponible" apoyándose en un once que "alternará habituales titulares con jugadores competitivos que necesitan sumar minutos".La hora de la verdad se acerca y, desde este miércoles a las 21.45 (hora Argentina), las palabras serán pasado y los hechos inclinarán a favor o no la balanza. "Los jugadores saben que nosotros no somos los importantes acá, sino que son ellos. Si la plantilla logra entender el mensaje y llevarlo a la práctica, eso me basta para saber que llevó a cabo un buen trabajo", mientras se aleja un poco del Palmeiras y piensa en su plantel.

Con los recursos que tiene a mano, Pablo Lavallén se las ingenia para anexar factores que aportarán al triunfo. "Si bien soy de la vieja escuela en donde lo principal entre el técnico y el jugador es el diálogo me considero una persona abierta a las nuevas herramientas para los entrenamientos", narra el técnico que vive, respira y piensa en Atlético Tucumán de manera full tiempo. 

"A veces nos cuesta conseguir los videos de los rivales, como por ejemplo el de los brasileños, pero nos la ingeniamos y le hacemos frente a cualquier tiempo de contra".Mientras que respecto a la fortaleza que tendrá Atlético Tucumán, su cancha, Pablo Lavallén sabe que "la localía nuestra, gracias al completo apoyo de la gente, siempre va a ser un jugador extra. Eso a la plantilla le llega y llena de orgullo, de ganas de salir y comerse la cancha. Palmeiras es un duro rival, de los que sí o sí va a estar peleando los primeros puestos de la zona, y por eso para nosotros el debut ante ellos es un partido de seis puntos más que de tres".Y si bien se ríe cuando se le cuenta que aquel 31 de enero un integrante de la comisión tucumana, por treinta lugares en un avión, engañó a toda una fila de gente diciéndoles que "ya no hay más lugares" para que la plantilla de Atlético pueda viajar, el míster Lavallén admite que "Lo de Ecuador fue demasiado, al punto de que por momento me parecía una maniobra demasiado compleja para tener a todo un país detrás para hacernos la vida imposible". Incluso, trayendo esa maniobra a la Argentina, cuenta que "hubiese sido como si una protesta de doscientas personas impida que un equipo llegue a algún estadio para disputar un partido".Hay una imagen, una sensación que le quedó a Pablo Lavallén "ni bien salimos del avión porque nos fuimos corriendo por la manga hacia el micro y sentíamos que éramos un equipo de barrio al cual se le estaba yendo el colectivo para ir al estadio". Pero se trate de un conjunto de barrio o no, lo cierto es que este pequeño gran gigante tucumano sigue sellando su pasaporte en busca de un sueño que tal vez se cumpla.

G.I

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