Biodiésel, limones y Vaca Muerta, los temas cruciales de la agenda económica de Macri en EE.UU.

El Presidente y sus ministros se reunirán con funcionarios para intentar destrabar el ingreso de biocombustible y cítricos argentinos, mientras intentan seducir a los petroleros para desarrollar los recursos no convencionales.

 

El presidente Mauricio Macri y parte de su Gabinete volarán a Estados Unidos con una nutrida agenda en la bodega del avión. Al Gobierno lo entusiasma la posibilidad de captar inversiones para desarrollar Vaca Muerta. Por eso, la comitiva hará una escala en Houston, cuna petrolera estadounidense, antes de la visita oficial a Washington. Pero otros temas más urgentes desvelan a los funcionarios locales: la suerte de las exportaciones de limones y, sobre todo, la del biodiésel. Ambos productos enfrentan trabas comerciales que pueden perjudicar a la economía local. El biocombustible es la principal exportación argentina hacia ese país.

Estados Unidos es el tercer socio comercial del país, detrás de Brasil y China. El comercio bilateral ronda los u$s 10.000 millones. Pero es, por lejos, el principal origen de la Inversión Extranjera Directa (IED). Según datos de la consultora Abeceb, las inversiones de ese país totalizaron u$s 19.800 millones en 2015. Desde ese momento, la Agencia de Inversiones gubernamental contó anuncios de desembolsos por otros u$s 7000 millones.

Oro negro

La agenda oficial comienza con lo estratégico. Mañana al mediodía, Macri almorzará con los barones del petróleo e intentará convencerlos de que inviertan en Vaca Muerta. Lo acompañarán el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los ministros de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, Energía, Juan José Aranguren y Producción, Francisco Cabrera, y el secretario de Comercio, Miguel Braun, entre otros.

La visita a Houston comenzó a gestarse el año pasado, cuando Aranguren visitó ese gran reservorio de petróleo y gas no convencionales que ya está en plena operación. El Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG) y el ministro organizaron el encuentro. Habrá representantes de las principales empresas con operaciones en el país: YPF, PAE, de los Bulgheroni, Shell, Chevron, Dow y Tenaris, entre otras. Y ejecutivos de firmas que miran el país con interés.

También participará del almuerzo el senador y sindicalista petrolero Guillermo Pereyra. Pereyra fue uno de los firmantes del acuerdo tripartito entre gobiernos, empresas y gremios para desarrollar Vaca Muerta. El Presidente celebrará ante los empresarios que, desde la firma de ese convenio, un puñado de empresas anunció inversiones cercanas a los 5000 millones de dólares. Es algo, pero no es suficiente: desarrollar esos recursos requieren desembolsos por 20.000 de dólares millones al año.

Antes, Macri recorrerá plantas industriales de Tenaris y Dow. La empresa de la familia Rocca abastece de tubos a la industria petrolera. Dow, en cambio, elabora productos petroquímicos a partir del gas no convencional que se extrae en las afueras de Houston. Son dos casos de valor agregado vinculado a Vaca Muerta que el Gobierno quiere replicar en el país.

El biodiésel

Las turbulencias comenzarán el jueves, cuando la comitiva mantenga sus reuniones en Washington. A los funcionarios y empresarios argentinos les preocupa, en particular, la suerte de las exportaciones de biodiésel: es el producto más importante entre los que se venden a Estados Unidos y una investigación comercial puede frenar esos ingresos.

El biodiésel representa el 26 por ciento de las ventas argentinas hacia Estados Unidos. En 2016, se exportó biocombustible elaborado a partir del poroto de soja por 1073 millones de dólares, según datos de la consultora Abeceb. El mes pasado, una cámara empresaria estadounidense denunció a la producción argentina por competencia desleal y la administración de Donald Trump estudia el asunto y tendría una resolución preliminar el próximo 8 de mayo.

Argentina hizo distintos descargos para demostrar que el producto no cuenta con ventajas que le permitan entrar a Estados Unidos a precio de dumping. Las cámaras empresarias argentinas y firmas multinacionales se encolumnaron con el Gobierno. Pero funcionarios y empresarios admiten que se trata de un frente abierto con resultado imprevisible.

Si bien las exportaciones no están trabajadas, los empresarios alertan que la apertura del proceso obstaculizó la concreción de nuevos negocios.

El ministro de Producción Cabrera, y el secretario Braun plantearán la cuestión en una reunión bilateral con el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross. Fuentes oficiales adelantaron que no esperan definiciones al respecto.

Los limones

La novela de los limones argentinos sigue con final abierto. El gobierno de Barack Obama había dado vía libre al ingreso de los cítricos -una economía regional de suma importancia para Tucumán y otras provincias del norte del país. Pero, al asumir, Trump puso esa resolución es espera por sesenta días. Cuatro meses después, los limones siguen vedados.

Será otro de los temas que los funcionarios argentinos tratarán junto con el secretario de Comercio estadounidense. Tampoco esperan una definición inmediata. Funcionarios y empresarios admiten que el problema es más complejo que un mero detalle burocrático vinculado al traspaso de la gestión presidencial. Si Estados Unidos abre la barrera a los limones argentinos, debería hacer lo propio con otros exportadores, como Sudáfrica y algunos países de América Central. Y Trump asumió con promesas de profundizar el proteccionismo en favor de las empresas estadounidenses.

Argentina es el principal exportador de limones y jugos derivados del mundo. Entre enero y noviembre del año pasado, exportó por un total de 455 millones de dólares. En términos relativos, se trata de una cifra menor, pero su impacto en la economía regional del noroeste es sustancial.

Las preferencias

La cuestión de fondo, indican en Gobierno, es recuperar la negociación para que Argentina forme parte del Sistema de Preferencias Generalizado (SGP) de Estados Unidos, lo que permitiría ampliar las exportaciones a ese país. El SGP elimina o reduce aranceles, lo que facilita el comercio.

Con Obama, la administración Macri había conseguido establecer un sendero de reapertura comercial con el que el Gobierno se sentía cómodo. La llegada de Trump a la Presidencia descolocó a los negociadores y obligó a volver a empezar. La visita a Washington será un paso clave.

G.I

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