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En tres meses se perdieron más de 100.000 empleos

Según el último informe de una consultora privada, el sector público, el textil y la construcción son los más afectados. Las empresas esperan para ver cómo se definen las políticas del Gobierno.

Sobre un total de una población económicamente activa (PEA) de 16.800.000 personas al tercer trimestre de 2015 (estimaciones de FIEL sobre la base de últimos datos disponibles del Indec) y 1.350.000 desocupados, los despidos de 2016 llegan a 107.000, según la consultora Tendencias Económicas. Esto sumará más de medio punto porcentual a la tasa de desempleo. 

En enero hubo 41.921 despidos, la mitad en el sector público (a nivel nacional, provincial y municipal) y la mitad en el privado. La construcción, gastronómicos, textiles e indumentaria, entre otros sectores, fueron los más perjudicados. En febrero, los despidos afectaron a 65.799 personas y aumentaron 72% con respecto al mismo mes de 2015. De ellos, 55.800 fueron en el sector privado, sobre todo en la construcción (85%) y en otras actividades, como autopartes, petróleo, comercio y minería. 

"Los últimos dos años no fueron positivos en materia de empleo en el sector privado. Así lo reflejó la Encuesta Continua sobre Gestión Competitiva de RR.HH., un sondeo mensual a 150 empresas líderes", dice María Laura Cali, directora de SEL Consultores. "Venimos de recortes fuertes." 

A diciembre de 2014, el 30% de estas empresas habían reducido sus dotaciones. Un año después, tras los fuertes recortes, un 28% siguieron reduciendo su planta de personal. En el 70% de los casos la baja se apoyó en una caída en el nivel de actividad de las empresas. El hecho de que la disminución de personal haya superado un dígito en el porcentaje de las empresas habla, según Cali, de un cambio (negativo) muy importante con respecto a años anteriores. 

Las expectativas para 2016, según los datos de febrero, "son un poco mejores que las del año pasado, pero no marcan un cambio abrupto de tendencia", dice la directora ejecutiva de SEL, quien añade: "Hay una estrategia de stand by, es decir, no se planifican movimientos bruscos. Las empresas esperan para ver cómo se definen las medidas que toma el Gobierno y su impacto. Creen que van a ser positivas en la rentabilidad del negocio, pero que esto debe darse efectivamente".

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