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Abuso y romance enfermizo: llegó a su fin uno de los mayores escándalos de Estados Unidos

En 1996, la maestra de 34 años Mary Kay Letourneau sedujo a su alumno de 12 Vili Fualaau. Eventualmente, terminaron casándose y teniendo dos hijas. Y hoy están en proceso de divorcio.

Delito, sexo y una concepción enfermiza del romance se entremezclaron en un cóctel morboso en uno de los escándalos más resonantes de la historia norteamericana. Historia que hoy, dos décadas después de su estallido inicial, encontró su punto final con un divorcio. 

Los protagonistas son la maestra Mary Kay Letourneau y su alumno Vili Fualaau. En 1996, ella tenía 34 años, era casada y tenía cuatro hijos. Él, de apenas 12, era su alumno en una escuela de la ciudad norteamericana de Seattle y a veces asistía a la casa de su profesora para clases particulares fuera del horario escolar. 

Esos encuentros pronto evolucionaron en una situación de abuso para el menor, que derivó en una relación ilícita y clandestina. Al comenzar el siguiente año escolar, Letourneau ya estaba embarazada de Fualaau.

Sin embargo, poco faltaba para que todo saliera a la luz. El esposo de Mary Kay encontró una carta que su mujer le había escrito a Vili y decidió entregársela a la policía.

En marzo de 1997, la maestra fue arrestada y acusada de abuso infantil en segundo grado. Semanas después de su arresto, ya libre bajo fianza, dio a luz a Audrey, su primera hija con Fualaau.

Letourneau decidió admitirse culpable y logró una sentencia de 89 meses de prisión y, eventualmente, la libertad condicional luego de seis meses a condición de que se mantuviera alejada de su ex estudiante.

Pero la obsesión de la maestra era imposible de evitar: volvió a ser encarcelada luego de que la policía la halló in fraganti, teniendo relaciones sexuales con Fualaau en un automóvil estacionado en la vía pública. Poco tiempo después, quedó embarazada por segunda vez del adolescente.

Como consecuencia de su reincidencia, el juez ordenó que Mary Kay volviera a prisión para finalizar su sentencia. Liberada en el 2004, volvió a reunirse con Vili luego de que éste -ya mayor de edad- obtuviera el levantamiento de la orden de restricción judicial.

Al año siguiente, la pareja selló su malsano vínculo con una boda ante más de 200 invitados. Letourneau tenía 43 años y Fualaau, 22.

Ya casados, ofrecieron varias entrevistas a la prensa e incluso fueron tratados como celebridades: llegaron a organizar una fiesta en una disco de Seattle donde Vili ofició como DJ y ambos firmaron autógrafos.

"Lo amaba demasiado y pensé '¿por qué sólo dejarlo en un beso'?", supo señalarle Letourneau a la periodista Barbara Walters consultada sobre si alguna vez se sintió culpable luego de su delito.

"Fue un gran cambio en mi vida", admitió Fualaau en la misma entrevista, confesando que sufrió depresión y problemas de adicción. "Siento que no tuve apoyo de mi familia ni de nadie. Mis amigos no podían ayudarme porque no tenían idea de qué se trataba ser padre, todos teníamos 14 o 15 años".

Pero, más allá de la persistencia de la relación, finalmente hoy se supo que esta retorcida historia tiene punto final: Vili presentó un pedido de divorcio. 

"No me sorprende que se hayan separado", le declaró a la revista People David Gehrke, ex abogado de Letourneau, conjeturando que el matrimonio puede haberse visto afectado luego de que las hijas de la pareja (ahora de 20 y 18 años) abandonaron el hogar para seguir con sus vidas de manera independiente. 

"Se amaban", agregó Gehrke defendiendo a Mary Kay. "Tuvieron un romance durante 10 años y estuvieron casados durante otros 10. Sí, él era menor, pero seguían en contacto incluso cuando tenían prohibido hablar entre ellos. Era una pareja enamorada". 

GP.

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