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A pesar de los testigos, para la Gendarmería no está probado que Maldonado estuvo en el Lof

Así lo afirmaron miembros de la fuerza con acceso a la causa; la postura choca con los testimonios de los mapuches.


Con la lupa sobre la institución por la denuncia de desaparición forzada de Santiago Maldonado y mientras un nuevo juez analiza qué rumbo tomará la investigación, la Gendarmería puso en duda una de las premisas iniciales y centrales del caso. "No hay prueba concluyente de que el joven haya estado en el Pu Lof durante el operativo", manifestaron ayer desde esa fuerza a LA NACION.

En la causa hay tres testigos, miembros de la comunidad mapuche de Resistencia Cushamen, que dijeron haber estado con Santiago en el Pu Lof en la mañana del 1º de agosto cuando se desplegó el operativo de la Gendarmería.

Mientras que los rastrillajes realizados con perros rastreadores que siguieron las huellas odoríferas a partir de tres prendas de Maldonado (un cuello, un buzo y una gorra que fue secuestrada por la fuerza en el procedimiento) indicaron que, por lo menos, el joven habría llegado hasta la vera del río Chubut.

Otra testigo de la comunidad en su testimonial dijo que vio a Santiago "ponerse la mochila y correr hacia el río" cuando la Gendarmería entró al Pu Lof.

Las causas

La Gendarmería quiere que el juez Gustavo Lleral, que se hizo cargo del caso hace diez días, unifique las dos causas que tiene el caso: la de habeas corpus, que busca dar con el paradero de Maldonado y cuya instrucción está en manos del magistrado, y la de desaparición forzada, que investiga el proceder de la fuerza y está delegada en la fiscal Silvina Ávila.

Ese deseo radica en que el juez anterior, Guido Otranto, manifestó que no hay pruebas de que a Maldonado se lo hayan llevado en una camioneta de la Gendarmería, sobre la base de los cotejos de ADN realizados en cuatro patrullas de la fuerza y un unimog.

La postura de la Gendarmería es contraria a la del CELS (querellante en la causa) y la de la Procuvin (que auxilia a la fiscal en la investigación), que consideran que la desaparición forzada del joven debe investigarse como una hipótesis aparte.

Esa causa es la que mostró más avances en las últimas semanas, mientras que la de habeas corpus, por el cambio de juez, mermó su marcha.

En el corto plazo la división de tareas seguirá como estuvo planteada hasta ahora.

Lleral sigue por estas horas analizando la causa con su equipo de colaboradores.

El trabajo tiene algunas dificultades logísticas, dado que está llegando el mobiliario que solicitó al juzgado de Esquel y aún resta la instalación de los medios informáticos para la labor.

El juez tendrá ahora 60 días de dedicación exclusiva al caso de la desaparición de Santiago Maldonado.

Mañana llegará a Esquel la familia del joven desaparecido hace más de dos meses para tener una audiencia con el juez Lleral.

Y, sin embargo, para la Gendarmería esos elementos no son suficientes.

"Si estuvo en el Pu Lof, no se sabe con certeza cuándo ni por cuánto tiempo. Y hay que ver las fechas de los rastrillajes", indicaron miembros de la Gendarmería con acceso a la causa judicial. Los perros rastrearon el territorio el 5 y el 16 de agosto.

Desde la fuerza aseguraron que dos de los testigos de la comunidad mapuche fueron "indiciales" porque "contaron lo que otros les dijeron y no fueron testigos directos". E insistieron en que existieron contradicciones en las declaraciones.

El testigo que dijo haber visto, con sus ojos, que la Gendarmería se llevó a Santiago fue Matías Santana, quien aseguró haber dialogado personalmente con el artesano desaparecido poco antes del procedimiento de la fuerza de seguridad.

"Con binoculares alcanzo a ver a tres gendarmes que están golpeando un bulto. Llega una camioneta y lo introducen en la camioneta, la que sale rápidamente rumbo a Esquel", contó tras declarar en la Justicia.

G.I

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