Los tarizafos que se vienen: luz, gas y nafta

Pasadas las elecciones del 22 de octubre tendrán lugar incrementos en algunos servicios.

Un día después de las elecciones legislativas del 22 de octubre empezarán a producirse aumentos en distintos servicios y precios. La primer suba será en los combustibles, en la semana del 23, y a partir del 1 de noviembre se daría vía libre a los incrementos ya previstos para Edenor y Edesur para la tarifa de luz y en diciembre será el turno de la del gas. 

El gobierno nacional liberó el precio de los combustibles el pasado 1º de octubre. A raíz de esta decisión, las petroleras fueron autorizadas a establecer el precio que consideren por lo que comenzaron a aplicar aumentos en los precios mayoristas de nafta y gasoil que debería impactar en los precios al consumidor de bienes y servicios. La estatal YPF todavía no aplicó subas, pero lo haría el 23 de este mes, un día después de los comicios, cuando se aplicarán los aumentos en los surtidores.

Según fuentes sectoriales citadas por Todo Noticias, el precio aumentará entre un 6 y 10 por ciento, en línea con la devaluación del tipo de cambio y la inflación. Hasta ahora los precios de los combustibles locales venían atados a un acuerdo entre la industria y las provincias, con supervisión del Gobierno nacional.

La suba en la tarifa de luz se producirá en noviembre, dado que las distribuidoras piden una revisión de costos por el avance de la inflación. El Ejecutivo se propuso llamar a una nueva audiencia pública para definir los incrementos de la electricidad mayorista. 

Finalmente, para el incremento del gas el Ministerio de Energía convocará a audiencia pública en la semana del 13 al 17 de noviembre. Los nuevos valores regirán desde el 1º de diciembre.

Según el cronograma original del Gobierno, el precio del gas, que tiene una incidencia del 60% en la factura sin impuestos, pasará desde u$s3,77 fijados en abril pasado, a u$s4,19, lo que significa un alza del 11,1% en dólares. A eso hay que añadirle la eventual, que podría llegar al orden del 15 por ciento. De ese modo, el precio base de fluido treparía casi 40 por ciento, sin contar actualizaciones en los segmentos de transporte y distribución, que suman alrededor del 20 por ciento de la factura final. 

GP.

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