La historia detrás de "Bella ciao", la canción de "La casa de papel"

Con orígenes klezmer, se popularizó entre los partisanos italianos que se oponían al fascismo. Y hay versiones de Mercedes Sosa, Ives Montand, Manu Chao y los Quilapayún.

Una escena televisiva con una canción de fondo que contraste con la tensión: la descontractura. En la letra, un mensaje directo y revolucionario.

Esta fue la fórmula con la cual la exitosa serie de TV española La casa de papel (que se emitió por Antena 3) amplificó aún más su furor, teniendo en cuenta, además, que la plataforma Netflix compró la serie y la distribuye mundialmente. Y que no sólo en la Argentina, sino en muchas otras partes del mundo, se convirtió en un fenómeno. Al igual que la canción.

La serie comienza con el robo a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, planificado por El Profesor (Alvaro Morte) y ejecutado por un grupo de operaciones de ocho personas. Y en pleno acto se escucha la pegadiza canción de fondo: Bella Ciao, que tiene un particular origen y, sobre todo, mucha historia por detrás.

 

 

 

 

 

Esta canción de titulo italiano (Adiós bella, en español) era una composición musical popular entonada por la Resistencia italiana (también denominada Resistencia partisana): el movimiento armado que se oponía al fascismo impuesto por Benito Mussolini como así también a las tropas de ocupación nazi instaladas en Italia durante la Segunda Guerra Mundial.

De esta peculiar canción también se sabe -aunque no hay coincidencia entre los especialistas- que era entonada por las mujeres que trabajaban en los arrozales de la llanura de Padana, el valle del río Po (ubicado al norte de Italia) y que supuestamente había sido compuesta por Vasco Scansani di Gualtieri.

Por otro lado, existe la versión que la Bella ciao entonada por la Resistencia, poseía extractos del canto Fior di tomba y Picchia picchia la porticella.


Pero el registro más antiguo que se conoce de este tema se podría atribuir a la música klezmer, los sonidos tradicionales de los judíos askenazis de Europa central y del este.

El origen de Bella Ciao algunos se lo atribuyen a Mishka Ziganoff, un acordeonista klezmer que la registró por primera vez en Nueva York, allá por 1919. Esta canción sería fruto de la evolución del tema yiddish Oi oi di koilen. Al oír con atención la melodía del tema se encontrarán muchas coincidencias estructurales con la popular canción italiana.

 

 

 

 


Luego de ser entonada en tiempos de guerra y pos fascismo, Bella ciao se populariza en los años sesenta, el punto neurálgico de difusión se daría en las manifestaciones obreras y estudiantiles de 1968.

Las primeras grabaciones de esta versión partisana son responsabilidad de la voz italiana Giovanna Daffini como así también al cantautor francés, de origen toscano, Yves Montand.

 

 

 

 


Por su parte, el cantautor español Adolfo Celdrán, la versiona en castellano y la incluye en Cajitas (su primer ep), en 1969. Los tres temas de aquel simple serían incluidos en la reedición de su primer disco Silencio (1970), que salió en 2004.


Del otro lado del océano Atlántico, a comienzos de los años 70, Chile toma la posta con Bella ciao y la adopta como propia durante la revolución cultural del gobierno de Salvador Allende, derrocado en 1973 por el general Augusto Pinochet.

El grupo que la interpretó es Quilapayún y, gracias a este tema, logró una gran popularidad entre los cultores de la música popular trasandina.

 

 

 

 


De este lado de la cordillera, también se enarboló la bandera de Bella ciao. Y al ser una canción identificada con la lucha contra la opresión y cualquier tipo de autoritarismo, artistas de la talla de Mercedes Sosa o el franco-español Manu Chao, también divulgaron sus versiones.

 

 

 

 


Tampoco podía faltar este tema hecho versión punk, género musical emblema en la lucha contra las ideas de derecha. A cargo de la ejecución estuvieron los locales Argies (que lo incluyeron en su disco Siempre Alerta, de 2017) y a continuación lo interpretan en un show en Alemania.


Por último, en material musical, no podía faltar la versión cumbiera, un recurso clásico ante cualquier eventual hit musical, sea de dónde sea. En este caso, de la mano de DJ Pirata. Y también está la opción techno.

 

 

 

 

 


En el plano social, y con el furor de la serie televisiva, el tema pegó tanto, que en los medios de transporte también llegó el eco de esta canción partisana, con raíces klezmer. Que seguirá sonando, por los años de los años.

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