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Trump le terminó de cerrar la puerta al biodiésel argentino

Desde el Ejecutivo evalúan presentarse ante la Organización Mundial de Comercio para frenar la medida. El mercado se cerraría durante cinco años.

El gobierno argentino tenía la esperanza de que la administración de Donald Trump reflotara el comercio con los Estados Unidos de biodiésel. Pero el intento diplomático del último mes y medio fue en vano: la Comisión de Comercio Internacional de EEUU ratificó la vigencia en los próximos cinco años del cobro de un arancel del 72% a la importación del producto proveniente de la Argentina.

La decisión significa el cierre de ese mercado para los próximos cinco años, debido a que el arancel fijado a modo de penalidad por la presunta existencia de dumping y subsidios en el biodiésel argentino convierte en imposible la colocación del producto en el mercado del país del norte.

Ante esta ratificación por parte del ITC, el camino que analiza el gobierno de Mauricio Macri es el de presentar una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), como pasó años atrás con una medida restrictiva tomada por la Unión Europea.

A mediados de enero pasado, el presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, se manifestó a favor de que se presente una demanda contra Estados Unidos en la OMC para revertir las trabas dispuestas por Washington. "La Argentina tiene que mostrar los dientes, no podemos no decir nada cuando nos ponen una medida absolutamente injusta, y no apelar al organismo que acepta este tipo de litigios, lo cual no debería ofender a nadie en Estados Unidos", había dicho Zubizarreta.

A principios de enero, el gobierno de Trump oficializó la imposición de aranceles compensatorios de hasta 72% para sus importaciones de biodiésel desde la Argentina, luego de aplicarle gravámenes transitorios durante una investigación por la que se concluyó que la industria local "está materialmente perjudicada por importaciones subsidiadas".

En ese momento, la ITC determinó que las importaciones de biodiésel procedentes de la Argentina e Indonesia perjudicaban a la industria estadounidense. Ante un nuevo planteo realizado por el gobierno argentino, el organismo ratificó la decisión tomada y cerró la posibilidad de avanzar en una salida negociada.

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