Cristiano contra el mundo

En el primer partidazo del mundial, CR7 convirtió los 3 goles de Portugal para empatarle a una gran España que pareció no sentir la salida de Lopetegui. Un error del arquero De Gea le complicó el partido a la Roja.

Cristiano hizo en su Portugal lo que suele hacer en el Real Madrid, sobre todo en los primeros 20 minutos: fue un 10 virtual, metido detrás de Guedes y delante de Fernandes y William, sobre la izquierda, por adentro. Y de ahí manejó el juego, todavía con frescura, de su equipo, le puso una cuña al hueco español entre Koke, Nacho y Piqué y armó un desastre.

Portugal controlaba a la España de Hierro, la dominaba de a ratos y subsistía el recital de Iniesta-Isco y Alba cuando Diego Costa ya había alcanzado el primer empate y parecía que se aproximaba un festival. No se entregó durante toda la segunda parte, cuando España lo dio vuelta y como un cazador experto esperó y esperó que la presa se distrajera para encontrar el momento y el lugar donde asestarle el balazo certero, mortal, definitivo. A su uso. Como suele hacer Messi en los minutos finales de cada partido.

Hasta ayer era el tercer máximo goleador de un jugador en partidos de selecciones compartiendo el estante con Ronaldo, el Gordo, a 8 de Ferenc Puskas, que sumó 89 en sus presentaciones con Hungría. Dio un salto gigantesco con su triplete y se puso a tiro de la antigua gloria del Madrid. Que las casualidades no existen.

Inventó el penal que el italiano Rochi pagó al contado; fue vivo para salir del evidente offside en el nacimiento de la jugada del segundo empate en el que tuvo la valiosa colaboración de las débiles manos de De Gea. Y sedujo a Piqué a hacerle falta en los últimos minutos para después poner el tiro libre en un ángulo (a lo Messi, a lo Cristiano) evitando el estirón de Busquets, último en la barrera.

Hizo todo Cristiano. Jugó, como a veces no juega en el Madrid. Casi tomando el papel que Benzema hace para él en su club, él jugó para Guedes que suele ser implacable en el Valencia y ayer falló la que el portugués le fabricó sabiamente.

Fue tan grande lo de Cristiano que además dejó mensajes para todos: Messi, aquí estoy. Y lo retó en el comienzo del Mundial. Hoy, Leo tiene la palabra ante Islandia, un rival mucho menor que España y con diez compañeros que no están mucho mas arriba que los diez portugueses de ayer. Desafió a sus eternos rivales de la Liga (Pique, Alba, Busquets), les ganó a sus compañeros (Ramos). Y le dejó la pistola sobre el escritorio a Florentino Pérez.

Fue tan grande lo de Cristiano que su 3-3 empalideció la fenomenal lección de fútbol que dio España, víctima del monstruo que ayudó a construir en su equipo más emblemático. Larga vida al fútbol de España, defensor de la idea a pesar de todo y he ahí su enorme valor que excede el resultado circunstancial. Larga vida a Cristiano. Tan grande como cree que es y, a veces, también lo es.

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