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Legalizan el uso de cannabis medicinal en Portugal

Ocurrió este viernes en una medida que fue aprobada por amplia mayoría. Según la nueva norma, solo se podrá usar este método como un último recurso y a través de una receta médica especial.

La amplia mayoría del Parlamento portugués dio luz verde al uso de cannabis para fines medicinales este viernes. El proyecto de ley, que combina los textos presentados por el marxista Bloque de Izquierda (BI) y el (PAN), fue aprobado por el Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza con los votos a favor del gobernante Partido Socialista, sus socios de la izquierda parlamentaria, y el Partido Social Demócrata (PSD); el único partido que votó en contra fue el conservador Centro Democrático Social (CDS). La medida representa un nuevo capítulo en la relación que Portugal guarda con las sustancias ilícitas, cuyo consumo y posesión quedó despenalizado -pero no legalizado- en 2001.

La legislación aprobada estipula que sólo se podrá recurrir al uso del cannabis medicinal cuando el paciente no responde a otros medicamentos convencionales, y establece la necesidad de obtener una receta médica especial para adquirir del producto. Las preparaciones de los medicamentos recogidas en el texto varían desde óleos hasta la planta deshidratada, y se contempla la participación del Laboratorio Militar luso en la preparación de los mismos, que estarán a la venta en farmacias.

Aunque versiones anteriores del proyecto de ley contemplaban la posibilidad del auto cultivo, finalmente tanto el BI como el PAN abandonaron esta parte de la propuesta ante la oposición de los otros grupos parlamentarios y de Infarmed, la entidad reguladora de los medicamentos en Portugal, que señaló que el auto cultivo carecía de los controles de calidad necesarios.

"Un medicamento tiene que ser eficaz, de buena calidad y seguro", explicó María do Céu Machado, directora de la entidad gubernamental, que señaló en su momento que el cannabis se contamina fácilmente con metales pesados, hongos y pesticidas. "Sin control de cultivo es difícil garantizar la integridad de la planta".

Expertos han cuestionado la necesidad de aprobar esta legislación ya que Portugal no prohíbe el acceso a medicamentos que contienen cannabis: como todos los demás medicamentos comercializados en el país vecino, el acceso depende exclusivamente de la autorización de Infarmed y de la Agencia Europea del Medicamento.

En un documento publicado por el Consejo Nacional de Ética para las Ciencias Vitales (CNECV), el órgano luso que analiza los aspectos éticos de los avances científicos en la Biología, el médico Carlos Maurício Barbosa afirma que lo estipulado en el proyecto de ley "ya forma parte del cuadro legal vigente en Portugal y Europa, que contempla la introducción de medicamentos, sea cual sea la substancia que contienen. No tiene mucho sentido producir legislación redundante".

Críticos señalan que, pese a no existir ningún impedimento legal, hasta ahora Infarmed ha autorizado la comercialización de sólo un medicamento con extractos de cannabis -Sativex, empleado para relajar la rigidez muscular y disminuir los espasmos que registran pacientes con esclerosis múltiple-, y que éste apenas fue prescrito 21 veces entre 2016 y 2017. La entidad reguladora asegura que sigue los mismos procedimientos para determinar la aprobación de todos los medicamentos, sea cual sea su contenido, y que en el caso particular de Sativex "no tiene conocimiento de ningún condicionamiento" a su acceso. Una explicación podría ser el elevado precio del medicamento, que cuesta 500 euros -poco menos que el salario mínimo portugués-, situándolo fuera del alcance de muchos pacientes.

El proyecto de ley votado el viernes no contempla cambios a los procedimientos de autorización de medicamentos en Portugal, algo que celebra el CNECV. El órgano afirma que el papel de Infarmed en la regulación de estos medicamentos es necesario para salvaguardar el bienestar de los pacientes.

Pese a la dificultad de acceso a los medicamentos, en los últimos años Portugal se ha convertido en una potencia europea en términos del cultivo de cannabis para uso medicinal. Infarmed autorizó la primera plantación en 2014, y actualmente tres farmacéuticas extranjeras -Terra Verde, que tiene coparticipación británica, la canadiense Tilray, y una empresa israelí- han invertido más de 107 millones de euros en proyectos de cultivo en la región Centro y en el Alentejo. Todo lo cosechado es exportado fuera del país, transformado en polvo para uso en medicamentos terapéuticos, o enviado a países como Alemania, Croacia y Chipre, donde su consumo para fines medicinales es legal.

 

Fuente: El Mundo

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