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En el Mercofrut nunca se apagan las luces


Por ese galpón transcurren las más impensadas historias. La gente no para, llega a las 4 de la mañana y comienza el ritual en ese gigante que da vida a alrededor de 500 familias. Hagamos un recorrido por el Mercado de Concentración Frutihortícola de Tucumán.


Bienvenidos al Mercofrut, el Mercado de Concentración Frutihortícola de Tucumán que comenzó a funcionar en 1996 en la zona donde se encuentra emplazado al día de hoy. 

Por ese galpón, transcurren historias de todo tipo. En el Mercofrut no todo está relacionado a la comercialización de frutas, verduras y otras mercaderías.  

En las primeras horas del día se pueden observar a hombre y mujeres hombreando las bolsas de arpillera, poniéndole el hombro al clima, a la vida todas las mañanas así.

Por los pasillos están espacidos por doquier los cajones de madera clara con frutas y verduras protegidas por un cartoncito lila ondulado.

Los camiones van y vienen, con comerciantes de distintas zonas del país. Las balanzas no paran. Todo es un ritual.  

Juan Carlos Medina, es el nuevo presidente del Mercofrut, desempañándose por tercera vez en ese cargo. Con su experiencia,  el comerciante pudo explicar cómo es la vida en ese gigante que nunca apaga las luces. 

Trabajan de lunes a lunes y la actividad comienza a las 4 de la mañana. pese a que baja sus persianas al mediodía, el trabajo de los productores y comerciantes no para.

Al Mercado de Concentración Frutihortícola llegan revendedores de provincias vecinas y del interior tucumano.    

"Nosotros trabajamos de lunes a lunes, no se descansa ni siquiera los domingos porque debemos descargar ese día para la venta del lunes y nuestra tarea comienza a las 4 de la mañána. A las 5 se abren las puertas para que el pestero pueda acomodar su lugar y exhibir la mercadería, y a las 6 arranca la venta", contó el productor. 

"Al mediodía cuando uno cierra tiene que ir a la zona de producción para abastecerse al otro día, entonces nosotros siempre la tenemos a la provinicia con frutas y verduras frescas porque esa es la intención", continuó relatando Medina.  

Para Juan Carlos lo fundamental del predio es la limpieza por lo que su consigna es llegar cada mañana y observar que los puestos cumplan con esta condición. 

El Mercado cuenta con 350 puesteros y 120 productores temporarios o sea que contiene alrededor de 500 familias.  

"Los productores temporarios son los pequeños productores que siembran verdura de hojas, que tienen una o dos hectáreas y que traen su producción según la época del año y la comercializa aquí", agrega Medina. 

Según calcula Medina, de lunes a viernes ingresan al Mercofrut  un promedio de 10 a 12 mil personas, de los cuales hay que separar los compradores que son de provincias vecinas y a eso  hay que agregarle la gente que viene a comprar a los anexos comerciales del mercado que son productos de forrajería y almacén. 

"Es un servicio muy completo que bridna el Mercofrut para las provincias del norte más que nada y para la gente del interior de la provincia. Acá no paramos, trabajamos las 24 horas y el día a día. Todo los días hay un precio distinto porque acá se trabaja en base a la oferta y la demanda", remarcó.

Llegar al Mercofrut es encontrase con familias que hace muchísimos años trabajan en ese lugar. Son generaciones completas que pasaron por ese galpón lleno de aromas, colores y sonidos. 

La familia Fiol es uno de los claros ejemplos que comenzó en el viejo mercado de Abasto, trasladándose posteriormente al actual emplazamiento.

Ellos no saben de frío ni de calor, saben de trabajo y le ponen ganas todos los días para salir a comercializar sus productos.

Pero Marisa y Miguel tienen un condimento particular que hace que la empresa comercial y familiar marche de la mejor manera.  

Se conocieron hace más de 30 años, se casaron y siguen trabajando en el mismo lugar donde se conocieron.  

"Hace 27 años que estamos casados, pero hace más de 30 que estamso juntos. Yo comencé a trabajar con ellos cuando su papá era el que estaba al frente. Tenemos un hijo que también participa en nuestro trabajo", cuenta la mujer.

Su día arranca a las 4 de la mañana para estar a las 5 en el puesto de ventas que cierra por lo general a las 13, aunque los sábados se extienden hasta las 16 por ser día de feria. "Todos nos colaboramos y todo marcha", subraya Marisa.

Miguel, hijo de uno de los artífices de que el mercado se traslade a este lugar, es productor y vendedor a la vez.  

"Nosotros vendemos lo que producimos, y además por una cuestión de estructura de trabajo y de costo compramos mercadería para vender", señala. 

"Tenemos variedades de citrus y lo que se vende hoy tengo que traerlo mañana, no es lineal la venta, es según como esté el mercado cada día. Uno tiene un cáculo aproximado de lo que pasa y con eso arma la logística", precisa el empresario en cuanto a la actividad que ejerce.

En este contexto, remarca que "si uno produce y lo vende descansa menos todavía. Estamos prácticamente trabajando todo el día, es un trabajo de 24 horas". 

Al puesto de Miguel y Marisa, el cliente más lejano que llega es de Neuquén, por su atención es prioritaria. 

Otra característica que destaca el matrimonio es que el cliente le gusta que lo atienda el dueño. "Quiere tener un trato directo", indican

Para Miguel, lo importante de la feria de los sábados "es poner los dos extremos de la cadena en contacto, entonces lo que hace uno es evitar que los factores intermedios se queden con una ganancia mayor a la que le corresponde. Por eso es fundamental que nos visiten porque nos hace bien como productores tenerlos a la par nuestra", rescata el comerciante respecto a la actividad que ejerce a diario. 

Bienvenidos al Mercofrut, el lugar que ningún tucumano puede perderse el espectáculo de colores, aromas, sabores, sonidos y culturas que conviven en ese galpón que funciona los 365 días del año. 

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