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Descubren microplásticos en residuos de humanos

Es el primer estudio de este tipo. Las partículas desintegradas en plásticos ya aparecen en altas cantidades en especies marinas.

En los próximos 60 segundos, la gente en el mundo comprará 1 millón de botellas de plástico y 2 millones de bolsas plásticas. Para fin de año, produciremos suficiente empaque de burbujas como para dar 10 vueltas al Ecuador.

Aunque la degradación de estos objetos llevará más de 1.000 años, muchos de ellos pronto se desintegrarán en pequeñas partículas conocidas como microplásticos, billones de las cuales han aparecido en los océanos, peces, agua corriente e incluso en la sal de mesa.

Ahora, podemos agregar un depósito más de microplástico a la lista: el intestino humano.

En un estudio piloto con una muestra de tamaño pequeño, los investigadores buscaron microplásticos en muestras de materia fecal de ocho personas de Finlandia, Italia, Japón, los Países Bajos, Polonia, Rusia, el Reino Unido y Austria. Para su sorpresa, cada muestra individual dio positivo para la presencia de una variedad de microplásticos.

 

“Este es el primer estudio en su tipo, por eso hicimos un estudio piloto para ver si había algún microplástico detectable”, dijo Philipp Schwabl, gastroenterólogo en la Universidad Médica de Viena y autor principal del estudio. “Los resultados fueron sorprendentes”.

No hay implicancias ciertas para la salud en cuanto a sus hallazgos, y esperan completar un estudio más amplio con los métodos que han desarrollado.

Los microplásticos, definidos como trozos de menos de 0,05 cm de largo, aproximadamente el tamaño de un grano de arroz, se han transformado en una preocupación importante para los investigadores ambientales durante la última década. Varios estudios han encontrado altos niveles de microplásticos en la vida marina, y el año pasado, se detectaron microplásticos en el 83 por ciento de las muestras de agua corriente en el mundo (la tasa de contaminación más alta pertenecía a los Estados Unidos, donde el 94 por ciento de las muestras estaban contaminadas).

Los altos niveles de microplásticos en la vida marina ya vienen siendo advertidos por los biólogos hace años.

 

La mayoría de los microplásticos son el resultado no intencional de los plásticos más grandes que se destruyen, y los Estados Unidos, Canadá y otros países han prohibido el uso de cuentas de plástico pequeñas en los productos de belleza.

Durante mucho tiempo, los investigadores han sospechado que los microplásticos eventualmente serían encontrados en el intestino humano. Un estudio estimó que las personas que comen regularmente frutos del mar podrían estar consumiendo unos 11.000 trozos de plástico por año.

El nuevo trabajo, que fue presentado el lunes en una conferencia de gastroenterología en Viena, podría sustentar las afirmaciones de los biólogos marinos que durante mucho tiempo advirtieron de los peligros planteados por los microplásticos en nuestros océanos. Aunque el trabajo sugiere que los microplásticos ingresan a nuestro cuerpo también a través de otros medios.

“El hecho de que se midieran tantos polímeros diferentes sugiere una amplia variedad de fuentes contaminantes”, dijo Stephanie Wright, una científica de salud ambiental en el Kings College de Londres que no estuvo involucrado en el estudio. Dos de los ocho participantes también dijeron que no consumían frutos del mar.

 

 

 

Para realizar el estudio, seleccionaron a voluntarios de cada país que escribieron un diario con los alimentos que ingirieron durante una semana y suministraron muestras de materia fecal. Schwabl y sus colegas analizaron las muestras con un espectrómetro.

Se detectaron hasta nueve tipos diferentes de plásticos, que van en tamaño, de 0,005 a 0,05 cm. Los plásticos más comunes detectados fueron el polipropileno y el tereftalato de polietileno, ambos componentes importantes de las botellas y tapas de botellas de plástico.

Sin embargo, Schwabl fue cauteloso respecto a extraer conclusiones acerca de los orígenes del plástico.

“La mayoría de los participantes bebieron líquidos de botella de plástico, aunque también ingirieron pescado y frutos de mar regularmente”, dijo. “Es altamente probable que los alimentos estuvieran contaminados con plásticos durante varios pasos del procesamiento de alimentos o como resultado del envasado”.

Si los microplásticos presentan un riesgo para la salud humana se desconoce ampliamente, aunque se ha encontrado que provocan daño a los peces y otros animales. Además, los microplásticos detectados en el estudio actual son demasiado grandes para ser una amenaza seria, dijo Wright.

 

“Pero lo que podría ser más preocupante para estos microplásticos grandes es si algún contaminante químico asociado lixivia durante el pasaje a los intestinos y se acumula en los tejidos”, dijo la científica.

La concentración de contaminantes, 20 partículas de microplásticos en 10 gramos de materia fecal, fue relativamente baja, afirmó.

No obstante, Schwabl dijo que los resultados fueron más que suficientes para seguir investigando.

“Ahora que sabemos que hay microplásticos presentes en la materia fecal, y sabemos cómo detectarlos, apuntamos a realizar un estudio más grande que incluya más participantes”, afirmó Schwabl.

 

Fuente: Clarín

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