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Un periodista reconoció a un atacante de Bruselas como su carcelero en Siria

Marc Marginedas que estuvo secuestrado en Siria entre septiembre de 2013 y marzo de 2014 por la milicia extremista Estado Islámico (EI) reconoció a uno de los hombres que se inmoló en el aeropuerto internacional de Bruselas el mes pasado como uno de sus carceleros en el país árabe, según una nota publicada este domingo.

Marginedas, un periodista del diario catalán El Periódico, escribió un artículo titulado "El carcelero amable", en el que relató su relación con Najim Laachraui, uno de los atacantes suicidas que protagonizaron los últimos ataques islamistas en Bruselas, que mataron a 32 personas, durante su cautiverio en Siria, según informó la agencia EFE.

Durante su tiempo como rehén, Marginedas tuvo contacto -además- con tres milicianos británicos, entre ellos el tristemente famoso Jihadi John, autor de varias decapitaciones a periodistas y trabajadores humanitarios occidentales.

El periodista contó que Laachraui, quien en Siria se hacía llamar Abu Idriss, "era, con diferencia, el más articulado, inteligente y reflexivo de los carceleros de habla francesa que nos custodiaron, desde octubre del 2013 hasta finales de diciembre de ese año, en una mazmorra próxima a Alepo", en el noroeste de Siria, que hoy se convirtió en uno de los frentes de batalla más complejos y violentos del país.

Marginedas recordó que poco después de ser secuestrado fue trasladado encadenado a la que sería su mazmorra y durante el camino entabló con Laachraui una conversación que "era casi una charla de amigos, en tono cordial, en la que casi llegamos a olvidarnos de que dos de los interlocutores éramos rehenes privados de libertad y el tercero, un carcelero que en cualquier momento podría recibir la orden de ejecutarnos".

Según sostuvo, a diferencia de los tres milicianos ingleses, el islamista belga "no obtenía placer observando el dolor ajeno, ni infligiéndolo sin provocación previa", y que cuando él se encargaba de la logística del lugar, "la comida llegaba puntualmente dos veces al día", e incluso alguna vez se ofreció a calentarla.

Pese a estas "atenciones", ni el periodista español ni otros rehenes occidentales que estaban con él "llegaron a dudar ni un instante de que a Abu Idriss pudiera temblarle la mano si recibía la orden de matar".

La última vez que Marginedas vio a Laachraui fue a fines de enero de 2014, cuando le pidió unos datos familiares y la contraseña de su página de Facebook, en donde después le cambiaron su nombre por otro en árabe.

La policía belga y la francesa sospechan que Laachraui también estuvo involucrado en la célula islamista que organizó y ayudó a los atacantes suicidas que mataron a 130 personas en París el 13 de noviembre pasado.

La principal prueba es una muestra de ADN que se encontró en el material explosivo utilizado en la capital francesa.

 

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