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Allanaron la sede de la División de Drogas de la Policía

Policías estarían vinculados a un caso de secuestro extorsivo. Secuestraron libros de registro y tomaron fotografías del lugar.

La Justicia allanó la sede de la Dirección de Drogas Peligrosas Capital, ubicada en la Jefatura de Policía. La medida se realizó para tratar de confirmar o descartar la participación de efectivos de esa repartición en un caso de secuestro extorsivo.

Por el hecho hay una persona detenida. Se trata de un integrante del Clan Reynoso, grupo oriundo de Tafí Viejo que fue acusado de haber cometido delitos similares y que también habría contado con apoyo policial.

El caso

Todo comenzó en el mes de enero cuando un joven compró un vehículo. Semanas después, el vendedor (al que identificó como un tal “José”) lo llamó para ofrecerle otro vehículo. Acordaron encontrarse en el bar de un centro de compras de la avenida Roca.

En el lugar fue abordado por cuatro personas que se identificaron como policías de la Didrop Capital y le secuestraron el auto porque, según consta en el expediente, encontraron irregularidades entre la tarjeta y el título del vehículo. Hablaron a la fiscalía y recibieron la orden de secuestrar el auto, pero no recibieron orden alguna de aprehensión en contra del propietario. Pese a ellos, lo trasladaron hasta Subjefatura de Policía, donde funciona la base.

El comerciante, según confiaron fuentes judiciales, denunció que lo encerraron en una pieza oscura por más de dos horas; le tomaron las huellas dactilares a pesar de que no había pedido de detención; y le exigieron $ 100.000 para que no abrir una causa en su contra. Un familiar solo consiguió $30.000 y llamó a la Policía.

Mientras tanto, la mujer del damnificado se había presentado en la ex Brigada de Investigaciones para preguntar por su marido. Pero allí negaron haber interrogado al comerciante y hasta le pidieron datos a la esposa para averiguar el paradero del sujeto.

Los policías de Aguilares, en paralelo, ubicaron el vehículo en que era llevado el comerciante y llevaron a él y a sus acompañantes a la comisaría. Allí, la víctima contó que lo habían privado de su libertad y que lo estaban extorsionando. La Justicia, entonces, pidió la detención de Juan Carlos Ortiz (vinculado al Clan Reynoso y que se hacía pasar por el tal “José”), Leonardo Núñez (agente de Policía que presta servicios en el Servicio 911) y Lucio Enríquez, por ser sospechosos de haber participado en el incidente.

Los investigadores del sur de la provincia confirmaron que el auto del comerciante no registraba inconvenientes y que el comisario Sergio Sosa, subdirector de la Dirección General de Drogas Peligrosas (estaba a cargo de la división porque su titular se encuentra de licencia) había realizado horas antes las mismas averiguaciones.

Así descubrieron que un equipo de la Didrop había demorado al denunciante. Su versión era que la víctima había eludido un control y que por eso decidieron analizar el vehículo. Confirmaron que por orden de la Justicia lo trasladaron hasta su base. No supieron explicar por qué no dieron intervención a los especialistas de la fuerza que trabajan en la división Sustracción de Automotores. Tampoco pudieron dar razones acerca de qué los llevó a establecer que se trataba de un auto irregular, considerando que el coche no tenía impedimento legal para circular.

Se confirmó además que el personal que intervino en el secuestro del vehículo no llevaba ni siquiera dos semanas de servicio en la Didrop. Su llegada se produjo por recomendación del comisario Sosa, que asumió el cargo el 19 de enero.

La fiscala Mariana Rivadeneira ordenó que se allanara la repartición policial. El viernes, personal de la fuerza secuestró de la oficina el libro de guardia (deberían estar asentados los motivos del secuestro del auto), el libro de Rol de Combate (organigrama de la función del personal) y se tomaron fotografías de las oficinas.

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