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Entraron a su casa, le robaron sus pertenencias y escaparon en su auto

Ocurrió en Yerba Buena, a metros de la Avenida Aconquija. La damnificada, de 67 años, fue abordada por cuatro malvivientes en su domicilio.

“Me taparon la cabeza, ataron mis manos y se llevaron mi auto, plata, televisores y artículos varios”, contó Silvia Elena Vitaliti, de 67 años, quien fue sorprendida por cuatro delincuentes con armas de fuego en su casa el domingo a la madrugada. Los ladrones se llevaron el vehículo marca Chevrolet Celta blanco, $6.000, dos secadoras y dos planchas para el pelo, una cafetera y comida. El ataque ocurrió en el pasaje Romano al 100, ubicado a metros de un shopping en Yerba Buena.

“De repente entró uno de ellos y me agarró del cuello mientras me apuntaba con un arma. Después entraron tres hombres más y comenzaron a revolver todo”, relató. La arquitecta jubilada contó que el asalto duró 15 minutos y que jamás había vivido un momento así. “Fue una pesadilla. Mi único objetivo fue vivir, no me importaba que se llevaran todo”, dijo. Y agregó: “agradezco haber estado sola y no con mi familia”.

 

Uno de los delincuentes le quitó los anteojos y la sujetó del cuello, mientras los otros registraban el dormitorio principal en busca de dinero y joyas. “¡Dame la plata, el oro y los euros, vieja!”; esa era la frase que Silvia escuchó constantemente durante esos 15 minutos. “Les dije que no tenía nada de eso. Sólo tenía $6.000 que había sacado del cajero y unos pesos más para pagar unos impuestos de la casa”, remarcó. “El que me tenía agarrada me puso una toalla en la cabeza para que yo no los viera y me repetía todo el tiempo que no los mirara, que colabore”, prosiguió.

A los pocos minutos, los delincuentes acomodaron los cuatro televisores de la casa cerca de la puerta para llevárselos. “Fue todo muy rápido. Comenzaron a separar varias cosas, entre ellas mi cafetera, y unos secadores de pelo”, contó. Tres de los ladrones seguían registrando distintas partes de la vivienda y uno de ellos se acercó y le pidió comida. “Me dijo: ‘vieja, estoy cagado de hambre’; me dejó que lo lleve a la heladera y sacó piezas de jamón y queso”, detalló. “Además, separaron algunas cosas para llevarse, como champagne, pero lo dejaron sobre la mesa”, dijo.

 

La señora contó que los intrusos pensaban matarla. “Me amenazaban con pegarme un ‘cuetazo’; les rogué que no lo hicieran”, dijo. “Todo el tiempo me ponían el arma en la cabeza y la cintura”. Además, contó que se llevaron su teléfono, que estaba cargándose en la cocina.

Añadió que cuando creyó que se estaban por ir los ladrones, uno de ellos la llevó a la habitación principal y le pidió que juntara las manos. “Me ataron con un pedazo de pantalón. Me pusieron unos breteles en la boca y una remera en la cabeza”, dijo. “Sentí que abrieron el auto pero comenzó a sonar la alarma. Se pusieron algo nerviosos”, contó Silvia. “Se me acercó uno de ellos y me dijo, ‘nos vamos con tu auto, vieja; vos quedate tranquila y recién cuando nos vayamos podés salir a pedir auxilio’; y luego huyeron”. La señora pudo desatarse y salió en busca de un vecino, quien luego llamó a la Policía.

La hija, Daniela García, añadió que habían comprado ese auto para su mamá “con mucho sacrificio, y lo hicimos para no pasar por situaciones de inseguridad, justamente”. “La gente acá vive con mucho miedo. Este no es un barrio tranquilo desde que está el shopping; hay muchos motochorros”, concluyó. Vitaliti realizó la denuncia en la comisaría de Marti Coll unas horas después del asalto. 

 

Fuente: La Gaceta

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