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La pobreza alcanzó el 32% en el segundo semestre del 2018

Según el Indec hay 14,3 millones de personas pobres a nivel nacional, en el primer semestre del año pasado había sido 27,3%. La indigencia alcanzó el 6,7 por ciento.

Por la caída de la economía, la devaluación del peso, y un incremento en los precios por sobre los salarios, la pobreza aumentó fuerte al 32% en el segundo semestre de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Lejos del slogan de campaña "pobreza cero" que utilizó el presidente Mauricio Macri durante 2015, el índice registró una fuerte suba de 6,2 puntos porcentuales frente a igual período de 2017 (25,7%), y un incremento de 4,7 puntos con relación al semestre previo (27,3%).

Durante el año pasado la economía bajó 2,5%, la inflación llegó al 47,6% y la desocupación subió al 9,1% desde el 7,2% de finales del 2017, según datos del propio Indec.

El INDEC informó además que el 6,7% de la población se encontraba en situación de indigencia en ese período, comparado con un 4,8% en el segundo semestre de 2017.

Los hogares en situación de pobreza alcanzaron al 23,4% en el período julio-diciembre 2018, desde un 17,9% en el mismo periodo de 2017.

Respecto a las regiones, las cifras más altas se registraron en Noreste (40,4%); Noroeste (34,5%); y Pampeana (32,1%). En tanto, por debajo del promedio, se ubicaron el Cuyo (31,5%); Gran Buenos Aires (31,3%); y la Patagonia (24,9%).

Con el 49,3%, Corrientes registró el mayores nivel de pobreza del país. Le siguieron Concordia (41,9%); Gran Resistencia (41,4%); Santiago del Estero-La Banda (38,9%); Salta (37,7%); Gran Córdoba (36,5%); Partidos del GBA (35,9%); y Posadas (35,7%).

La pobreza afecta en mayor medida a los niños menores de 14 años. Según el INDEC, el 46,8% de ellos vive bajo la línea de pobreza. "El atraso del poder de compra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) no hizo más complejizar esta situación", inicó un informe de Ecolatina.

Si bien la incidencia de la pobreza y la indigencia es menor, los adultos mayores (más de 65 años) también sufrieron las consecuencias del deterioro económico: los aumentos de los haberes previsionales perdieron por varias cabezas frente a la inflación (situación similar a la observada en la AUH).

Por su parte, los adultos (quienes típicamente cuentan con empleos más estables) fueron los menos golpeados.

 

Fuente: Ámbito

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