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Casi la mitad de los accidentes oculares ocurren en casa: Cómo prevenirlos

En tanto, más de un tercio no los vincula con actividades domésticas. La negación del peligro es alta.

Según un reporte sobre lesiones de ojos presentado por la Academia Americana de Oftalmología (American Academy of Opthalmology) en el 2015, casi la mitad –44.7 por ciento– de las lesiones de los ojos ocurren dentro del hogar. Sin embargo, el mismo reporte revela que el 35 % de los encuestados dice no vincular estos accidentes con actividades domésticas. “La negación que existe sobre el riesgo que corremos al realizar determinadas actividades es alta“, le advierte a Clarín la médica Paola Faricelli, especialista en oftamología y cirugía ocular. “Y la realidad es no hay mejor medicina que la preventiva, ya que la solución quirúrgica nunca supera el daño”, agrega.

La doctora señala aquello que –en ocasiones– no podemos ver: “Los ojos tienen como defensa a los parpados y a los huesos de la órbita; pero, cuando el objeto sobrepasa las barreras protectoras, impacta en el ojo y puede causar daños leves o severos; desde úlcera corneal hasta desprendimiento de retina”. Nadie está exento; aunque existen un agravante para los niños menores de seis años: “Al no haber completado su desarrollo visual, un accidente durante los primeros años de vida produce defectos visuales importantes”.

 

Cómo prevenirlos

Las situaciones de riesgo son tan comunes como evitables. Faricelli detalla, a continuación, medidas precautorias para que la intervención médica no sea necesaria.

 

Niños

El peligro está en los juguetes. Las pistolas son consideradas juguetes de riesgo ya que los niños, aunque disparen proyectiles de goma, apuntan a la cara. Si de todas maneras las utilizaran, deberían estar controlados por adultos.

También son peligrosos los juguetes que se quiebran con facilidad, ya que dejan astillas puntiagudas capaces de lastimar los ojos de los niños más pequeños.

Adultos

La cocina es un lugar de riesgo. La mayoría de los productos de limpieza son altamente irritantes al tomar contacto con la superficie ocular. La lavandina y el detergente, particularmente, producen vapores tóxicos.

Atención: el aceite que utilizamos al freír puede salpicar dentro del ojo y causar causar lesiones agudas muy dolorosas.

Un accidente casero habitual es el producido por un pegamento –muy utilizado– de envase pequeño. Una vez abierto, el pegamento ubicado en la punta, se seca. Al reabrirlo, la presión hace saltar el pegamento seco e impacta en la córnea. Como resultado, los párpados se pegan. Al despegarlos, se producen lesiones dolorosas en el borde palpebral; con pérdida de pestañas, y ulcera corneal.

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