SALUD |

La epidemia de infecciones sexuales continúa: un millón de nuevos casos cada día

La Organización Mundial de la Salud advierte de que una de cada 25 personas porta una de las cuatro enfermedades transmitidas sexualmente que tienen tratamiento y cura

Cada día, más de un millón de relaciones sexuales terminan con uno de los implicados infectando a otro con gonorrea, sífilis, clamidia o tricomoniasis. Son las cuatro principales enfermedades de transmisión sexual tratables y curables. Forman una epidemia “oculta, silenciosa y peligrosa”, en palabras de Melanie Taylor, principal autora del estudio que acaba de publicar la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más allá del dato —370 millones de nuevas infecciones anuales— el documento muestra algo “preocupante”: la tendencia se mantiene, no existen la concienciación ni los medios para detener unos contagios que se podrían frenar con un simple condón.

Según Taylor, la carga global de estas ITS es “increíblemente alta”. “No observamos una caída en cuatro años y esto es síntoma de que no ha habido suficiente educación. Son infecciones que están asociadas con el estigma y la vergüenza. Además, están silenciadas, porque muchas personas que las portan no tienen síntomas, así que no lo saben y contagian a sus parejas o, en el caso de las mujeres, a sus hijos. Es una epidemia persistente y dañina para todos”, advertía la epidemióloga en una rueda de prensa desde Ginebra.

Aunque la incidencia (es decir, el número de infecciones) es similar entre hombres y mujeres, la prevalencia (el número de personas que viven con ellas) es muy superior entre ellas. Es una cuestión biológica: los órganos sexuales femeninos son un entorno más propicio para la supervivencia de los organismos que causan estas cuatro ITS; los hombres se curan de forma más rápida y sencilla. Además de la carga de género, hay también consecuencias para los hijos, ya que las madres embarazadas con estas infecciones pueden transmitirlas a su descendencia y causar deformaciones, alumbramientos prematuros, problemas cognitivos y físicos en el feto y, en el peor de los casos, la muerte. Cada año, unos 200.000 niños fallecen debido a que se infectaron de gonorrea en el útero. Es, tras la malaria, la segunda mayor asesina de bebés del mundo.

Fuente: El País

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