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Tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China

Se frena la suba de aranceles con la que Donald Trump amenazaba a Beijing. Y se suspende el veto a Huawei.

Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y China, Xi Jinping, celebraron este sábado el acuerdo alcanzado tras la reunión que mantuvieron al margen de la cumbre del G20, en Osaka, Japón. Aquí, los puntos principales de esta tregua, cuando la guerra comercial amenazaba con causar graves daños a las dos primeras economías del mundo.

 

Donald Trump había amenazado con imponer aranceles de entre el 10 o el 25% a unos 325.000 millones de dólares en importaciones chinas. Esa posibilidad había alarmado a los mercados internacionales y a numerosas empresas en estadounidenses, que temían aumentos de precios en algunos de los productos más cotizados por los consumidores. El acuerdo alcanzado con Xi Jinping implica que esos gravámenes están fuera de la mesa por ahora. Pero EE.UU. mantiene en vigor sus aranceles a productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares, y China conserva sus gravámenes a importaciones estadounidenses por 110.000 millones de dólares.

Estados Unidos reprocha a China ser ampliamente responsable de su enorme déficit comercial y exige que Beijing compre más productos estadounidenses. También reclama reformas estructurales para prohibir, por ejemplo, las subvenciones a las empresas públicas, las transferencias de tecnología forzadas a las expresas extranjeras y la "violación" de la propiedad intelectual estadounidense.

Trump afirmó que había acordado con Xi “que las empresas estadounidenses puedan vender productos a Huawei", aunque después afirmó que el Tesoro mantendría una reunión en los próximos días para decidir definitivamente si levanta el veto a la entrega de componentes estadounidenses al gigante chino de las comunicaciones.

El Departamento del Tesoro estadounidense incluyó a mediados de mayo a Huawei en una lista negra que impide a las empresas de EE.UU. proporcionarles componentes originales sin la aprobación del gobierno. Washington sospecha que la firma china, líder en el desarrollo de la tecnología 5G, podría aprovechar esos sistemas para hacer espionaje para Beijing.

Compañías como Google anunciaron entonces que dejaban de prestar servicios tecnológicos a la empresa china, una situación que inquietó a millones de usuarios de teléfonos móviles en el mundo ante la incertidumbre por las futuras actualizaciones del sistema operativo Android.

Pero, sobre todo, fue un golpe muy duro para Huawei, que depende del sistema de explotación de Google, Android, para sus "smartphones", así como de los chips "made in USA".

Trump no aclaró este sábado si el veto a Huawei se levantará por completo, y si la compañía será sacada de lista del Tesoro donde están incluidas empresas vetadas de hacer negocios con firmas estadounidenses. "No hemos hablado de eso. Tenemos una reunión mañana (domingo) o el martes", agregó Trump.

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