La Iglesia pidió un país más equitativo y federal en el Tedeum

El gobernador, Juan Manzur, participó del solemne Tedeum en la iglesia Catedral de Tucumán, que fue celebrado por el arzobispo Carlos Sánchez.

El Arzobispo celebró la fecha y en su homilía razonó que “en este 9 de julio, como todos los años desde 1816 estamos reunidos en esta Iglesia Catedral para dar gracias a Dios y alabarlo por lo acontecido hace ya 203 años aquí en nuestra ciudad. Cuando el Congreso, reunido en Tucumán, con representación de las provincias de nuestro suelo argentino declara nuestra Independencia y afianza lo alcanzado hasta ese momento por las gestas logradas principalmente por Belgrano y San Martín abriendo paso a la organización de la República naciente; lo que con el paso del tiempo derivó en la opción por el sistema democrático de gobierno, camino a una auténtica representatividad”.

Sánchez, señaló, además: “ponemos nuestra mirada en nuestra querida Casa Histórica donde se juró la Independencia como símbolo que nos llama y nos interpela a construirnos como Casa Común, como casa de familia y hogar; capaces de integrarnos como un único pueblo. Invocamos la misericordia de Dios para que sigamos construyendo la Patria de hermanos que soñamos y ¡cuánto nos falta todavía!, la Patria unida, la Patria  fraterna en justicia, equidad y paz”.

Sobre el mensaje del Arzobispo, Manzur señaló que debido a la situación actual que atraviesa el país, la Iglesia “pidió la unidad de los argentinos. Creo que todos nos tenemos que adherir. Hay que cerrar la grieta en la República Argentina y es necesario poner nuestro granito de arena”.

El Mandatario declaró: “hoy el Arzobispo planteó la inequidad que hay en Argentina entre diferentes regiones. Las criaturas tienen que tener las mismas posibilidades, nazcan donde nazcan. Esto tiene que ver con generar oportunidades en una Argentina diversa, grande, rica y distinta que nos cobije a todos”

En su sermón, Sánchez prosiguió: “las instituciones han sido hechas justamente para garantizar esa paz y ese bienestar no excluyente de todos los ciudadanos de nuestro pueblo. Por eso una forma excelente de alcanzar esa paz es garantizar el sano funcionamiento de esas instituciones de la democracia. El verdadero equilibrio e independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, no podemos darlo por supuesto. No se da de una forma automática. Hace falta honrar esas instituciones con una conducta nueva.

Escuchamos en la Palabra de Dios “…todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza debe ser el objeto de nuestros pensamientos…, poniéndolo en práctica para que el Dios de la paz esté con nosotros””.

Fuente: Secretaría de Estado de Comunicación Pública.

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