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Cómo prevenir la hipotermia y otras afecciones frecuentes en la montaña

La montaña con sus picos nevados es uno de los destinos de invierno qué más se disfrutan. Pero hay que estar en forma, ya que la exigencia física es bastante mayor que la de ir a tirarse al sol en una playa.

 

 La montaña con sus picos nevados, sus senderos, su aire oxigenado es uno de los destinos de invierno qué más se disfrutan. Aunque claro, hay que estar en forma para pasarlo bien, ya que la exigencia física es bastante mayor que la de ir a tirarse al sol en una playa.

El cuerpo en movimiento, el frío, el hielo y la altura nos obligan a estar más preparados. ¿Cómo? Es bastante sencillo, simplemente tomar nota de algunos recursos que hay que llevar en el viaje y saber de antemano cómo se deberá actuar en el caso de un imprevisto. Todos tienen solución.

Según los doctores Rubén Daniel Algieri (MN77857) y Félix Ramírez Ibarra (MN 88000), miembros de la Asociación Argentina de Cirugía, las situaciones más frecuentes con las que podrán encontrar quienes practiquen deportes de montaña, son las siguientes:

Hipotermia

Qué es: es la disminución de la temperatura central corporal a menos de 35º C por exposición al frío (vestimenta inadecuada, esfuerzos físicos hasta el agotamiento, mala hidratación o alimentación, entre otros).

Cómo se la reconoce: piel pálida y fría, escalofríos, confusión mental, somnolencia, pérdida de coordinación y debilidad en casos leves.

Qué hacer: alertar a los servicios de emergencias, evitar la pérdida adicional de calor (cubrir al afectado con más abrigo), aislar a la víctima del suelo y protegerla del viento, llevarla a una carpa o refugio si es posible; retirar ropas húmedas y cubrir con ropas o mantas secas; colocar una manta térmica si es que hay y cubrir también la cabeza; iniciar recalentamiento, si se encuentra consciente, con líquidos calientes para tomar.

Para prevenirla: vestir ropas abrigadas y adecuadas para la actividad de alta montaña. Tener en cuenta la presencia de vientos por lo que se aconseja vestimenta exterior de tipo rompevientos e impermeable y vestimenta interior transpirable que absorba poca humedad y se seque rápidamente. Llevar suficiente cantidad de ropa abrigada de repuesto para cubrir el cuerpo incluyendo las manos (guantes) y la cabeza (gorros/pasamontañas). Llevar suficiente líquido y alimentos. Disponer de líquidos calientes. Mantenerse hidratado y bien alimentado. Moverse: la actividad física proporciona calor al organismo.

Lesiones por congelamiento

Qué son: la exposición prolongada al viento y al frío puede generar lesiones por congelamiento frecuentemente en los dedos (manos y pies), la nariz, las orejas, las mejillas y el mentón. En principio la piel se encuentra fría y enrojecida (lesión traumática superficial por frío); luego se entumece, duele y aparece una sensación de hormigueo (congelamiento superficial). Si no se actúa con rapidez, al pasar las horas pueden formarse ampollas, aumentar los síntomas y llegar a un congelamiento profundo o grave.

Qué hacer: alertar al Sistema de Emergencias si sospecha congelamiento; iniciar recalentamiento general mediante administración de líquidos calientes y soporte energético; se puede iniciar, además, recalentamiento local mediante inmersión en una bañera con agua tibia.

Para prevenirlas: usar cremas solares con protección muy alta en rostro y en orejas, colocarse barras protectoras para labios, llevar ropas abrigadas e impermeables, guantes y gorros, cubrir las orejas, limitar tiempo de exposición al frío, elegir medias que absorban la humedad y sean aislantes, protegerse de los vientos fuertes, evitar el calzado excesivamente apretado, no beber alcohol, alimentarse en forma equilibrada y tomar agua, mantenerse en actividad sin fatigarse.

La deshidratación y el efecto de los rayos ultravioletas hace que la piel de la cara quede principalmente expuesta y pueda sufrir quemaduras.

Golpes y fracturas

Qué son: en términos médicos son los traumatismos en extremidades que pueden ocurrir si hay alguna caída durante la práctica deportiva. Las actividades de montaña más frecuentes como el esquí y el snowboard también pueden provocar lesiones si se realizan en forma incorrecta o con mala técnica. Las más comunes ocurren en las extremidades inferiores y particularmente en las rodillas ya que es la articulación que más trabaja y la que mayor presión y peso soporta. Además, las lesiones en tobillo y pie (fracturas o esguinces), suceden frecuentemente al realizar snowboard; en cambio las fracturas de tibia son más comunes en el esquí. Las lesiones en brazos, hombros, muñecas y manos son frecuentes en quienes realizan snowboard por caídas fuertes.

Cómo prevenirlas: estar en buen estado físico para la práctica, alimentarse bien para tener energía suficiente, asesorarse con instructor o por personal idóneo antes de iniciar y realizar el deporte; realizar precalentamiento antes de comenzar la actividad deportiva; utilizar elementos del deporte (tablas, casco, botas, bastones) adecuados para el individuo en particular y asegurarse que estén bien regulados y fijados; aumentar en forma paulatina la intensidad de las prácticas; descansar o concluir la actividad cuando hay cansancio o fatiga.

Ceguera de nieve

Qué es: la denominada “ceguera de la nieve” es un tipo de fotoqueratitis producida por la exposición a los rayos ultravioleta reflejados en la nieve o en el hielo; también se produce por exposición al frío intenso y por resequedad. Sus síntomas son: visión borrosa, inflamación, dolor y ojos llorosos.

Para prevenirla: se aconseja utilizar anteojos de protección contra el viento y que posean bloqueo para el paso de rayos ultravioletas.


Fuente: TN

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