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Hay más de 250 enfermedades reumáticas que afectan al 20% de la población mundial

Hay una base genética, una alteración inmune y un medio ambiente que favorece que se produzcan. Es la segunda causa de ausentismo laboral y no solo la sufren los adultos mayores.

Dicen que no a alguna tarea cotidiana, a una salida, a una actividad física. Aprenden a convivir con este "no", que los limita y afecta en la vida diaria. Y no son excusas. “Tenemos que sacarnos de la mente que la reumatología es para los viejos”abre la doctora Alejandra Babini (MP 18952), jefa de Reumatología del Hospital Italiano de Córdoba y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Reumatología.

"La reumatología no sólo atiende las enfermedades que desde el punto de vista clínico se expresan por las articulaciones en el aparato locomotor, sino que también abarca enfermedades que son sistémicas, generales, que pueden afectar a cualquier parte del organismo y que se expresan a través de las articulaciones”. explica María Celina de la Vega (MN 89.104), médica reumatóloga del Hospital Argerich.

Las enfermedades reumáticas son la primera causa de invalidez permanente y, aunque muchas de ellas aún no tienen cura, los tratamientos actuales permiten que la mayoría de los pacientes puedan hacer una vida normal.

“El pronóstico está determinado en gran medida por diagnosticar tempranamente, instaurar un tratamiento eficaz y tener un seguimiento de forma periódica para que no avancemos a lo que es discapacidad y mortalidad”, resume de la Vega.

Si bien existen más de 250 enfermedades reumáticas, hay algunas de ellas que tienen mayor incidencia y también una mayor impacto en la calidad de vida, incluso en personas muy jóvenes.

Para llegar antes al diagnóstico, no sólo hay que capacitar a los médicos generales sino también “trabajar sobre la comunidad porque al paciente le parece normal tener siete articulaciones inflamadas o acostumbrarse al dolor”, advierte el doctor César Graf (MN 85141), presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología . En este sentido, explicó que es fundamental consultar ante los primeros síntomas porque “no se vuelve de las deformidades instaladas”.

Los medicamentos biológicos, que ya se vienen utilizando con probada eficacia desde hace 20 años, permiten tener un control del proceso inflamatorio y detener la progresión del daño articular, para lograr el objetivo de detener o restaurar la función física y capacidad laboral y devolverle al paciente su vida previa a la enfermedad.

Fuente: TN.

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