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Tics en la niñez: por qué los padres no deberían subestimarlos

Son uno de los trastornos del movimiento más frecuentes durante la infancia. Cuándo se debe consultar a un especialista

Los tics conforman el trastorno de movimiento más frecuente de la infancia, su prevalencia es de aproximadamente entre un 6 al 12% y pueden asociarse a una conducta obsesiva compulsiva o al déficit de atención y hasta a la hiperactividad.

Se trata de movimientos involuntarios bruscos, de corta duración, y repetitivos que pueden ser fónicos o motores. Muchas veces, transitorios. Sin embargo, cuando coexisten ambos tipos en un paciente -no necesariamente a la vez- puede tratarse del síndrome de Tourette. Además, los pacientes que padecen este mal pueden presentar otros sintomatología como coprolalia (insultar o decir groserías) o copropraxia (realizar gestos obscenos), entre otros.

El doctor Diego Ballesteros (MN 117184), neurólogo especialista en Enfermedad de Parkinson y Movimientos Anormales del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Sanatorio de Los Arcos, explicó que "los tics motores simples son los más frecuentes y se relacionan con movimientos musculares del rostro (cejas, párpados, nariz, cuello, manos, brazos, hombros), mientras que en los complejos se produce actividad involuntaria, realizada por grupos musculares más extensos, que pueden tener un secuencia o un patrón que puede impresionar tener una finalidad".

En general, las contracciones empeoran en situaciones de estrés, cansancio o ansiedad, variando en severidad y frecuencia. Si bien suelen originarse en la infancia, suelen mejorar o desaparecer al llegar a la adultez, aunque pueden persistir o exacerbarse en el 15% al 20% de los casos.

"Otra característica es que antes de su aparición, los pacientes suelen experimentar una sensación premonitoria de incomodidad o tensión en el área corporal donde aparece el movimiento, que se alivia al efectuar el movimiento", detalló el especialista, y especificó: "El síndrome de Tourette, afecta entre el 0.3% al 0.9 % de los chicos en edad escolar, en especial entre los 6 y 10 años, quienes pueden ver perjudicado su rendimiento escolar y su capacidad de integración social, dependiendo de la severidad del cuadro".

Los chicos pueden no manifestarlo pero socialmente estos movimientos y sonidos pueden ser inhabilitantes. Casi un 70% de los pacientes se asocian a alguna comorbilidad psiquiátrica, como trastorno obsesivo compulsivo, déficit de atención e hiperactividad, ansiedad o depresión entre otros.

"Se desconoce cuál es el mecanismo exacto por el que se producen los tics, aunque se presume la existencia de un componente hereditario, no es infrecuente que alguno de los papas tenga alguno y es más recurrente en varones que en mujeres (con una relación aproximada de 2 a 1) -describió Ballesteros-. Varios estudios demostraron alteraciones en la neuroquímica en el sistema nervioso central. Se cree que la alteración de ciertos neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, generan una alteración en los circuitos de conexión entre núcleos profundos y las regiones sensitivo-motoras y de asociación de la corteza cerebral, generándolos".

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