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Uno de cada 10 chicos argentinos nunca fue a la escuela secundaria

Son datos de la Unesco. Afecta más a los pobres y los que viven en zonas rurales, que son el “núcleo duro” más difícil de alcanzar por el sistema educativo. La región más atrasada es Cuyo. Los varones son los más perjudicados.

Este año se cumple una década de la Ley N° 26.206 de Educación Nacional, que en su artículo 16 estableció la obligatoriedad de la secundaria. Pero aunque en los últimos 10 años se avanzó en la cobertura, la tasa neta de asistencia al nivel medio es 86,6%: aún no acceden a la escuela más de 1 de cada 10 adolescentes de entre 12 y 17 años, según datos de IIPE-Unesco.

Las mujeres tienen una tasa de escolarización secundaria más alta que los varones (88% versus 85%); las diferencias se profundizan a partir de los 15 años. El acceso al nivel medio viene creciendo de manera sostenida: aumentó 12 puntos en la década de 1990 (pasó de 59,4% en 1991 a 71,5% en 2001), y otros 13 puntos durante los años 2000, hasta llegar al 86,6% en 2014, última cifra disponible.

El 13,4% de los adolescentes que aún falta escolarizar pertenecen a un “núcleo duro” difícil de alcanzar: los más pobres de las zonas urbanas y los que viven en parajes rurales aislados. Juan Carlos Tedesco, investigador de la UNSAM y ex ministro de Educación, describe: “Los que no acceden a la secundaria pertenecen a sectores sociales que acumulan carencias. Sus familias tampoco tienen acceso a empleos decentes, viviendas dignas y servicios de salud adecuados. Una parte de ellos habita en poblaciones rurales aisladas y otros lo hacen en zonas urbano-marginales. Algunos pertenecen a pueblos originarios o son migrantes pobres".

Según Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO y la UNLP, los adolescentes que no van a la escuela pertenecen a grupos sociales que viven en "la búsqueda diaria de alternativas de sobrevivencia, de modo que su estrategia de vida no incluye un plan de largo plazo como el que propone la escolarización. Por otra parte, aunque estuvieran dispuestos a concurrir, la oferta del Estado no es suficiente ni satisfactoria en lo edilicio, lo organizacional y lo pedagógico”.

Tiramonti aclara: “El Estado les ofrece las peores escuelas a los chicos más pobres. La organización académica carece de la flexibilidad que se requiere para atender a estos sectores con un régimen de vida más fluctuante e inestable que el de los chicos de clase media”. Finalmente, la especialista insiste en que “el modelo pedagógico de la escuela secundaria fue pensado para seleccionar a unos pocos", y por lo tanto discrimina a estos grupos.

Axel Rivas, director de Educación de CIPPEC, coincide con este diagnóstico: “La escuela secundaria tiene un 'núcleo duro' que excluye a los que están adentro. Ese núcleo duro es el formato y las pedagogías dominantes. Distintos estudios muestran que la primera dimensión que explica el abandono escolar en secundaria es la falta de sentido que tiene para muchos jóvenes asistir a una escuela desfasada con su realidad”.

Para lograr incluir a los adolescentes que aún no han pasado por la secundaria, Tedesco sostiene que sería necesario “tener un mapa lo más preciso posible de la distribución de la población que no accede y adoptar un enfoque integral donde la respuesta educativa se asocie con políticas de empleo, vivienda y salud”. 

A la vez, retener a los adolescentes que sí logran acceder exige "trabajar en la formación continua con revisión de las pedagogías de los docentes, armar equipos con dedicación plena en cada escuela, promover la continuidad de directivos y profesores, asegurar horas para planificar proyectos interdisciplinarios y revisar el formato rígido de horarios y materias”, añade Rivas.

La Ley de Educación Nacional introdujo el concepto de “emergencia educativa” para aplicarlo a aquellas zonas donde no se logra garantizar el derecho a la educación para todos. Tedesco asegura que “la emergenciapermitiría aplicar recursos extraordinarios, con planes de urgencia e intervención activa del Estado nacional, a fin de resolver el problema. Lamentablemente, pese alos diez años de vigencia que tiene la ley, este recurso nunca fue utilizado”.

La tecnología, un aliado clave

En los parajes rurales aislados, la tecnología es un aliado clave para garantizar el acceso a la secundaria. El modelo de secundarias rurales mediadas por tecnología, implementado por Unicef con los gobiernos de Salta, Jujuy, Misiones y Chaco, permite que los adolescentes de zonas rurales dispersas (forman parte del “núcleo duro” más difícil de escolarizar) estudien con las netbooks y el celular. Como en Esquina de Guardia, un paraje salteño donde viven dos familias, a 45 km de San Antonio de los Cobres. Allí cursan la secundaria 10 chicos; sus profesores les enseñan a cientos de kilómetros, desde Salta capital, vía Internet.

G.I

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